Todos los días que tiene un año ha retratado el fotógrafo cacereño Carlos Vivas Luengo (19 de abril de 1995) a 365 ciudadanos de Cáceres. Un trabajo que comenzó el 26 de noviembre de 2018, día en el que publicó su primera fotografía en el perfil de instagram que creó para esta creativa iniciativa: ‘Faces 365 art’ (@faces365art). Después, ha publicado cada día un retrato diferente. En noviembre de este año culminó el proyecto y hace tan solo unos días instaló la exposición en La casa del goloso, una cafetería situada en la calle General Ezponda, donde pueden verse y comprarse las fotos. El restaurante La cacharrería, de la ciudad monumental, alberga también la muestra.

Con la simple idea de unir a todos sus amigos y de capturar las ‘caras’ de los de su entorno e incluirlas en un proyecto social y artístico comenzó a fotografiar a todo el que conocía. La única condición que se puso el fotógrafo, más conocido en la ciudad como Charly Luengo, era que los retratos tenían que publicarse en blanco y negro.

La primera fue fácil. Se la hizo a uno de sus mejores amigos, que además es hostelero en La cacharrería. Las siguientes 150 tampoco fueron difíciles. No obstante, confiesa que en algunos momentos del ecuador del proyecto pensó que iba a ser complicado reclutar a tantos rostros conocidos. Sin embargo, al final, «las fotos salieron solas», explica. «Es más, hay gente que se ha quedado fuera y me da pena. Me hubiera gustado fotografiarlos a todos», lamenta.

Entre los retratos aparecen hosteleros, maquilladores, tatuadores, periodistas, fotógrafos, artistas, actores y actrices... En general, un sinfín de perfiles cacereños, así como miembros del equipo de gobierno local como el alcalde, Luis Salaya, o David Holguín, concejal de Igualdad, LGTBI, Cooperación, Participación Ciudadana y Barrios. Aunque, otros no han podido aparecer en la exposición como el actor cacereño Alberto Amarilla, que «por unas cosas o por otras no pude hacerle la foto y me hubiera gustado». «También quise hacerle un retrato a Pitoño, pero no quiso», cuenta.

«Compaginar mi trabajo con el proyecto no ha sido fácil, pero ha merecido la pena», sostiene. Tras un año de esfuerzo, el resultado, que enorgullece y a la par entristece al fotógrafo, podrá verse durante unos tres meses, ya que aún está por definir la fecha final, tanto en La cacharrería como en La casa del goloso. Sin embargo, después de este período el cacereño tiene en mente llevar la exposición a otros establecimientos y enclaves de la ciudad.

En este tiempo, Charly se ha convertido para los cacereños en «el de las caras», pero también le conocen como «el de las bicis». Otra de sus pasiones es el ciclismo y desde hace años se dedica a fotografiar este deporte. Actualmente trabaja de community manager en Ciclos Rueda, una tienda de bicicletas de la capital cacereña. Además, hace unos meses el joven dio luz a Webike, un grupo de ciclistas que hacen rutas urbanas. Desde entonces, no se separa de su cámara ni tampoco de su bicicleta.

Leoncia, la última protagonista

La repartidora de periódicos más famosa de la ciudad ha sido el retrato que ha cerrado el proyecto de Charly. «Ella es la que más horas pasa en la calle. La veo todos los días», relata. La estatua de Leoncia de la plaza de San Juan «no podía faltar» en ‘Faces 365 art’. Lo que más llama la atención del cacereño es «¿cómo una mujer podía repartir periódicos hace tantos años?». En cuanto al empoderamiento femenino, considera que «rompía roles y estaba fuera de lo común». El icono cacereño siempre ha despertado la curiosidad de Charly y, por ello, la ha convertido en el punto y final del proyecto de las ‘caras’ cacereñas.