El día no era ni mucho menos agradable sino todo lo contrario. Los diez grados de temperatura, muy aceptable para una mediodía de enero, venían envenenados con un viento gélido que golpeaba el Paseo Alto cacereño tras recorrer todos los Llanos sin encontrar un obstáculo. Los romeros tiraban de guantes y bufandas, pero hay citas tan arraigadas que mueven al público a acudir, aunque sea por menos tiempo, aunque sea para comprar unas roscas, tomar un pincho y marcharse de recogida.

De modo que ayer unas 2.000 personas acudieron a la tradicional cita con San Fabián y San Sebastián, los Santos Mártires honrados en Cáceres desde el siglo XV, cuya romería se rescató hace casi cuatro décadas. En los últimos años, la cofradía de la Salud se ha puesto al frente de la organización junto con los colaboradores tradicionales y han creado un programa que anima a muchos ciudadanos a subir al Paseo Alto, tomarse los pinchos y llevarse golosas viandas de la mesa de ofrendas, que ayer estaba bien dotada con «bizcochos, coquillos, roscas fritas, bollos de anís, embutidos y por supuesto patatera», relataba Esther Arjona, una de las integrantes de la hermandad, todas ellas ataviadas con traje típico.

Muy cerca, en uno de los soportales, el cofrade Juan Carlos Esteban se afanaba en preparar 200 raciones de migas que se degustaron a mediodía. «Llevan ajo, pimiento, torreznos de cerdo ibérico, pan, aceite de oliva, chorizo y pimentón. Vamos... unas migas extremeñas», sentenció. Y en el soportal contrario se vendían como rosquillas las 2.000 roscas de anís a un euro. «No paramos desde las 11.00 de la mañana», explicaban los voluntarios. Por supuesto no faltaron las tapas de patatera, morcilla y queso a precios populares, ni los hinchables, ni la animación de la Banda Municipal de Música que caldeó el ambiente con ‘Los Nardos’, ‘El Redoble’, ‘El Candil’ y la ‘Jota de Guadalupe’.

«Es una fiesta entrañable que supone el arranque de las citas tradiciones de Cáceres. Hay que conservar estas costumbres para que nuestros hijos no pierdan la esencia de la ciudad», subrayó la alcaldesa, Elena Nevado, que acudió a la misa de mediodía en la bandeja del paseo, donde el público no paraba de ir y venir. «Gente ha habido como otros años», explicó Luis Pedro Cámara, mayordomo de la cofradía de la Salud, que ayer no daba abasto para que todo estuviera en tiempo y forma.

Los beneficios de la jornada se destinarán a obras de caridad y a la conservación de la propia ermita del Paseo Alto, donde este año se ha restaurado la imagen de Nuestra Señora de los Mártires.