Jorge Moral se apresura en moldear los ganchillos de hierro para cocinar los cuencos de comida sobre el fuego. Con sus guantes y en un pequeño tenderete sujeta con cuidado el gancho junto a la lumbre y después lo golpea con un martillo hasta conseguir la forma de garfio.

Unos metros más allá saltan casquillos mientras se escucha el sonido de un pico, es Pati Sancho dando los últimos retoques a su estatua con forma de cabeza de un caballo. Con un objeto punzante y un mazo perfila a su gusto estas figuras de cuarcita. Usa gafas para prevenir que algún trocito le dañe los ojos. "No es fácil pero es mucho más entretenido que hacerlo con la máquina. La única diferencia es que a mano tardo ocho días. A máquina, uno", cuenta sin retirar la mirada de su costoso trabajo. Tras ellos el carpintero, que se afana en terminar unas sillas de madera, y el trillero que separa el trigo de la paja.

Simulan a los trabajadores del siglo XIX, cuando España fue invadida por los franceses, tal y como refleja Goya en su obra La carga de los mamelucos , que ilustra uno de los episodios del levantamiento popular del 2 de mayo de 1808 que desembocaría en la Guerra de la Independencia española.

Todos estos episodios y algunos otros, como una burlesca corrida goyesca, fueron revividos ayer en pleno paseo de Cánovas, con motivo de la celebración de la segunda edición del Mercado Goyesco, que tiene lugar en la ciudad hasta el próximo lunes, 26 de septiembre. Durante la mediodía y la tarde de ayer el céntrico paseo fue un ir y venir de cacereños que se acercaron a curiosear cómo era la vida de aquellos hombre y mujeres del XIX.

Participantes

El mercado fue oficialmente inaugurado ayer por el concejal de Festejos, José María Asenjo. En él participarán más de 400 personas entre actores y artesanos y contará con un centenar de expositores de comida, bebida, y de venta productos artesanos.

Banderolas con cuadros de Goya decoran el mercado que acogerá conciertos, cabezudos y recreaciones históricas. También habrá talleres de oficio en vivo como el de botas de vino, de modelado de resina, repujado, soplador de vidrio, herrero o trillos, entre otros, y todos los días habrá pasacalles con la participación de cinco compañías de teatro que recorrerán el céntrico paseo cacereño disfrazados de bandoleros, zíngaras, vendedoras de flores o la troupe francesa de principios del siglo XIX. Las compañías que participan en esta edición son Jabardeus, Al Folk, Ainur Teatro, Cenáculo y Confusión, que se encargarán de volver a salvar a España de los franceses en pleno centro cacereño.