La actuación de la Guardia Civil en la operación a través de la cual se desarticuló en septiembre del año pasado una supuesta red de tráfico de drogas, con la detención de 15 personas y la incautación de 80 kilos de hachís, "fue en todo momento correcta". Su legalidad, que algunos de los abogados defensores cuestionan, en especial las escuchas telefónicas practicadas, fue defendida ayer en el juicio por el capitán encargado de dicha operación.

En la declaración de éste, que se prolongó durante más de cuatro horas, así como en las de ocho de los 15 detenidos en la misma --los otros siete, entre ellos el que se considera cabecilla, lo hicieron el lunes-- se centraron las sesiones del segundo día del juicio que por esta causa celebra el Juzgado de lo Penal.

El capitán de la benemérita narró el desarrollo de la operación, iniciada a raíz de una carta anónima en la que se advertía que iba a realizarse una compraventa de 100 kilos de hachís en Navalmoral implicando a el abuelo , y que motivó las escuchas telefónicas "por orden judicial" y varios meses de investigación; y respondió a las numerosas preguntas que sobre el caso y en relación con cada uno de los 15 acusados hicieron sus abogados.

COINCIDENTES En cuanto a los ocho acusados interrogados ayer, sus declaraciones fueron coincidentes en dos aspectos: que no se conocían entre ellos y que jamás han vendido droga. Los que reconocieron haber comprado a Enrique A. L., conocido como el abuelo y considerado el cabecilla de la supuesta red, aseguraron que todas las compras de hachís que le hicieron eran para su autoconsumo.

El día anterior, como ya publicó ayer este diario, Enrique A. reconoció haber realizado un transporte de 60 kilos de hachís desde Sevilla a Cáceres --droga que intervino la Guardia Civil en un control de carreteras en las proximidades de Cáceres el 25 de septiembre del 2005--, pero también exculpó a 13 de los otros 14 acusados, con los que dijo no haber tenido nunca relación por temas de venta y distribución de hachís.

A todos los imputados que ayer se interrogó en el juicio, Víctor F. J., José L. M., José J. M., José C. R., Jaime H. A., Pedro J. F. Francisco B. S. y Antonio D. D., se les acusa de actuar como sus distribuidores, de comprarle droga para después distribuirla entre terceros. Todos ellos lo negaron.

Los cinco primeros reconocieron, en mayor o menor medida, conocer a el abuelo y haberle comprado hachís en más o menos ocasiones, pero todos aseguraron no haberlo hecho nunca para traficar. Por su parte, Pedro J. dijo conocer a Enrique A. "de ir por mi bar", pero aseguró que "jamás le he comprado nada, ni para mí ni para vender", y afirmó no conocer a ningún otro acusado. Antonio D. también dijo conocer al principal imputado, "pero poco", añadió, y reconoció haber intentado en una o dos ocasiones comprarle hachís "pero sin conseguirlo". Mientras que Francisco B. no sólo aseguró que jamás había comprado droga a Enrique A., sino que afirmó: "Es que nunca he hablado con este señor ni por teléfono ni personalmente, ni siquiera le conocía. Es más, soy consumidor, pero jamás he traficado".