Teresa González, una joven cacereña de 27 años, estudió la carrera de odontología y diferentes masters en Madrid. Sin embargo, decidió volverse a Cáceres, "su ciudad", para desarrollar su profesión.

"Abrí en noviembre, siempre he tenido la suerte de que mis padres me han ayudado mucho, por ejemplo, el local es de mi padre, sin embargo soy consciente de que ahora toca caminar sola, pero no tengo miedo", explica Teresa. "Al principio es duro porque no estaba acostumbrada a mandar, la independencia encarna riesgo y mucha lucha, sin embargo es muy enriquecedor ver que tú misma eres capaz de sacar adelante un negocio que te apasiona". Su clave de trabajo es "trabajar mucho pero siempre dando lo mejor de uno. Nunca debemos olvidar quiénes somos".

"Mi vocación", eso es la odontología para Teresa: "la inquietud por los dentistas surgió porque cuando era pequeña llevé ortodoncia durante ocho meses y me encantaba observar lo que hacía mi médico conmigo. Cuando me lo quitaron siempre soñaba con volver a tener otro y jugaba a que yo misma me lo instalaba en mi boca", recuerda. Inquietud que continúa hoy en la mente de esta joven empresaria "quiero seguir formándome, porque en esta profesión hay que estar al día", dice.

En Clínica Dental Cánovas , como se llama su despacho realizan todo tipo de tratamientos dentales. Se encuentra en el número 26 de la avenida de España y abre de 10 a 14 y de 16.30 a 20.30 horas. "Se nota que cada vez tenemos más pacientes, nos van conociendo por el boca a boca y, aunque los principios son muy duros porque tienes pocos, hay que arriesgar, quien no arriesga no gana", dice.