Rubén Plaza es a sus 36 años el titular de la tienda de regalos Cocolonne, en la calle San Pedro de Cáceres, con productos Disney y Mr. Wonderful, maderas artesanales personalizables, decoración y otros atractivos para los más pequeños. Abrió en septiembre de 2019, de modo que muy pronto le sobrevino la pandemia y el cierre obligado. Fue entonces cuando esté emprendedor vio que había que especializarse para pasar el escollo y lo hizo en sus tartas de pañales, destinadas como regalos a las familias de niños recién nacidos y hechas de forma original y artesanal con los mejores productos de la tienda. «Han tenido tanto éxito que ya las piden por internet desde distintos lugares del país», revela.

«Es cierto que hay que moverse y especializarse. Las redes sociales y la venta online constituyen ya un punto fuerte para el comercio, y claro que funcionan, dan visibilidad y publicidad a la tienda, hacen que la clientela venga y se afiance», explica Rubén Plaza, que se ha inscrito en los talleres que ofrece la Cámara de Comercio en Cáceres para crear sinergias con otras tiendas, adquirir más conocimientos, y evolucionar con el negocio.

Rubén, que ya cuenta con dos empleadas, cree que iniciativas como la organización de las tiendas de proximidad en centros comerciales abiertos son buenas, «pero debemos ponernos de acuerdo en cuestiones como los horarios, para que el cliente sepa a qué atenerse». A su juicio, el comercio cacereño saldrá de este bache. «Con formación y adaptación, el sector tendrá un cambio de mentalidad y claro que lo superaremos», afirma.