La avenida Hernán Cortés cuenta con un radar móvil que controla que los conductores respeten el límite de velocidad, que en esa avenida está fijado en 50 kilómetros/hora. Lleva funcionando tres semanas y el ayuntamiento asegura que ya se han puesto varias multas por exceder el máximo permitido. A los infractores les llegará la notificación en siete días como máximo.

El radar controla también otras grandes avenidas de la ciudad como Ronda de San Francisco, donde sus vecinos llevan mucho tiempo demandando soluciones por el exceso de velocidad; algunas de las calles principales de Mejostilla o de Aldea Moret. "No es una campaña de tráfico. Es una manera de controlar las vías que más problemas producen en la ciudad por el exceso de velocidad", indicó el concejal de Tráfico y Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado.

El cinemómetro, como se llama el dispositivo de medición, ha sido cedido por Demarcación de Carreteras a través de la Dirección Provincial de Tráfico. Lo hicieron después de recibir quejas de los vecinos de Hernán Cortés por la velocidad que alcanzaban los vehículos en ese tramo y por el número de atropellos registrados en la misma. El más grave ocurrió en diciembre de 2004, cuando un joven de 25 años arrolló a una mujer de 45 a la altura de la estatua de Hernán Cortés causándole la muerte. "Por la intensidad de tráfico que registra esta vía no se pueden instalar desaceleradores, así que la única solución era controlar la velocidad con un cinemómetro. Por eso se lo cedimos al ayuntamiento", explicó el subdelegado del gobierno en Cáceres, Fernando Solís, que aseguró que Demarcación de Carreteras ya está estudiando las medidas a aplicar para conseguir que los conductores respeten el límite de velocidad en esa avenida, una de las más transitadas de la ciudad y en la que los vehículos circulan muy deprisa al tratarse de una vía larga y con dos carriles por cada sentido.

EL CINEMOMETRO El cinemómetro, o radar móvil, se encuentra instalado en un coche de la Dirección General de Tráfico y su funcionamiento es parecido al de un radar fijo. El aparato detecta cuando un vehículo rebasa la velocidad máxima (que en este caso está fijada en 55 kilómetros/hora para evitar errores) y le hace una fotografía, por lo que no es necesario que los agentes den el alto a los infractores en el momento de cometer la falta, sino que la multa llegará a casa en un plazo máximo de siete días. "Esta medida no es recaudatoria, sino de seguridad vial. Aunque la única solución para acabar con los atropellos y accidentes es que los ciudadanos respeten los límites y tengan un grado de prudencia", concluyó el edil, Carlos Jurado.