En uno de mis artículos anteriores, un querido lector anónimo me reprochaba que en este país la señora Cospedal y yo, éramos las únicas personas dispuestas a trabajar sin cobrar a cambio. Esta semana se puso de manifiesto que estaba confundido: 'El doctor Cabanela renunció a cobrar por la operación del Rey'. Rezaban los titulares el jueves pasado.

Supongo que el honor de operar al jefe del estado ya es una forma de pago en sí misma. Ese mismo día aparecía otra noticia: Cientos de jóvenes que esperaban formando una cola para intentar conseguir una plaza en algún grado de 'FP', horas de esperas, y ninguna perspectiva, la reportera decía de los chavales de 16 años, "sin trabajo y sin estudios su futuro es muy poco esperanzador".

En el futuro, seguramente el Príncipe tenga que pagar las facturas a cirujanos de otros países.

En Christies se han vendido 50 fotos de la modelo Kate Moss por dos millones de euros, mientras se destapa que UGT estafaba de forma sistemática a la Junta, Messi, se compró otra casa el día anterior a su declaración por la presunto fraude de cuatro millones de euros siendo recibido como un héroe a su llegada a los juzgados. Y como colofón, la noticia más fuerte del año, los padres asesinos, cuya causa muestras claros indicios hacia el móvil económico.

Por todos los circuitos informativos, se evidencia que el dinero es el protagonista principal de nuestra fatua sociedad que hace aguas. Aniquilar la ética, parece que es rentable pero también nos conduce a la autodestrucción, cometiendo atrocidades, como la de esos padres "ejemplares" gallegos.

La satisfacción que produce la honradez, liberarse de la esclavitud de la codicia, ser honestos y librarse de complicaciones egoístas; como el doctor Cabanela, éstos son los mejores honorarios que se pueden cobrar en esta vida.