Periodista

Aseguraba un viejo tendero cacereño, ya retirado, que "cuando más se compra es cuando más barato se encuentra". Y lo decía con esa seguridad que sólo dan los años detrás del mostrador, cara al público o tras horas en la trastienda porque los números, casi siempre, no le cuadraban. Pues, como él, piensan sus compañeros de dominó, cuya media de edad ronda los 70 años. Todo un consejo de ancianos.

Si es cierta esta aseveración, no estaría mal trasladar esta teoría a los servicios públicos. En esta semana hemos conocido que el número de viajeros del bus urbano ha descendido nuevamente; pues, en lugar de subir el precio del billete, bajémoslo, quizás así llenemos los vehículos. Porque todos recomendamos el uso del bus como una manera de ahorrar, ¿pero realmente es así? Lo que sí es un alivio es ver los nuevos autobuses de la línea 9, con ese rojo brillante y esos asientos sin los garabatos del "Manolo estuvo aquí". ¡Cómo cambia la ciudad en campaña electoral! Es que todo funciona como la seda; las obras se aceleran, se inauguran guarderías cuando los albañiles aún no han terminado de alicatar los aseos, los jardines se arreglan, las calles no se ensucian, los perritos ni siquiera dejan su habitual broma en la acera, en campaña te dan caramelos (en la cabalgata de Reyes te los tiran) y, por si fuera poco, en campaña te ´llenan el buche´ si acudes a un encuentro con algún candidato. Estos días son los más propicios para reivindicar y para que nuestras peticiones sean atendidas. Pues pidamos, exijamos, reclamemos o reivindiquemos, que luego ya nada será lo mismo.