Cáceres contará este mismo año con un centro de excelencia a la altura de los mejores de España --de hecho solo hay tres de sus características--. Será una Unidad de Ensayos Clínicos de Fase I en Oncohematología, que estará en el Hospital San Pedro de Alcántara e investigará la aplicación directa en pacientes de nuevos tratamientos contra el cáncer. El complejo cacereño realizará por tanto aportaciones decisivas a la comunidad científica internacional, lo que a la vez permitirá a los pacientes extremeños que ya no responden a otros fármacos poder acceder a terapias experimentales que de otra manera tardarían años en recibir, siempre que se ajusten a un perfil muy determinado en cada caso.

¿Por qué en Cáceres? Porque tres reconocidos especialistas del hospital San Pedro presentaron el mejor proyecto tras conocer la propuesta de instaurar una nueva unidad de fase I, junto a las ya existentes en tres hospitales reconocidos: Vall d'Hebron (Barcelona), Virgen del Rocío (Sevilla) y Sanchinarro (Madrid). Se trata de los jefes de las unidades de Oncología, Hematología e Investigación, Pablo Borrega, Juan Bergua y José Zamorano, por ese orden. El centro será realidad en 2013, de hecho la obra está acabada y el equipamiento adquirido. El SES y Fundesalud, entidad pública que fomenta la investigación clínica en Extremadura, llevan a cabo todos los trámites.

Para entender la importancia del futuro centro, hay que saber que el Instituto Nacional del Cáncer Norteamericano y otras agencias reguladoras buscan continuamente nuevas sustancias contra esta patología. Cuando demuestran ser activas en cepas celulares y en estudios con animales, las industrias farmacéuticas se ponen en contacto con las unidades de fase I, como la cacereña, para desarrollar el fármaco. Su gran importancia radica en que el medicamento entra por primera vez en contacto con el ser humano. "Necesitan un equipamiento realmente importante y profesionales muy bien formados", explica el doctor José Zamorano.

ENFERMOS SIN RESPUESTAS Pero los fármacos no se pueden probar en cualquier paciente. El proceso es muy complejo. De hecho, en este caso deben ser personas con cáncer "huérfanas de tratamiento, que ya han pasado por las llamadas segundas y terceras líneas, y continúan con su patología grave", indica el doctor Juan Bergua. Puesto que la farmacopea busca perfiles genéticos muy determinados, a la hora de instalar el centro se hacía imprescindible hacerlo en una población de 1 millón de personas en adelante. Al ser la unidad cacereña de referencia para toda Extremadura, este elevado volumen se cumple y ha permitido la elección del San Pedro.

A cambio, los enfermos que no responden a terapias estándar podrán tener acceso a tratamientos en investigación, aunque, por lógica, en ningún momento es posible garantizar su cura. No obstante, durante los ensayos clínicos ya realizados en el hospital San Pedro por el doctor Juan Bergua con ciertos enfermos que padecían leucemias agudas y que habían recaído, se lograron respuestas completas en algunos casos.

En principio, la unidad investigará fármacos para cualquier tipo de cáncer. Cuando abra, "tendremos que demostrar que estamos a la altura de lo que se espera de nosotros, e ir realizando los ensayos con todo el rigor", señala el doctor Pablo Borrega. Son procesos muy exhaustivos en un ámbito de excelencia a nivel clínico. Los tratamientos se ajustan exclusivamente a cada persona, se tiene un control constante de la evolución del paciente, los profesionales están muy pendientes, existen numerosos recursos, se mantienen constantes entrevistas con los hospitales de otros países, y se extraen infinidad de datos. Por todo ello, las exigencias son muy altas a la hora de abrir una nueva unidad. Cáceres lo ha logrado.

PAGAN LAS FARMACEUTICAS Existe otra ventaja: la financiación. Y ello porque un centro de fase I en pleno funcionamiento supone un ahorro económico considerable. El doctor Zamorano lo explica: "Las empresas farmacéuticas son las que solicitan estos ensayos, suministran los nuevos medicamentos y costean todas las pruebas accesorias relacionadas con los fármacos". Además existe una dotación económica que permite que se amplíen las perspectivas de investigación. Por tanto, financiación privada a través de una simbiosis necesaria y beneficiosa entre la industria farmacéutica y el sistema hospitalario.

Las instalaciones estarán situadas en un área del San Pedro cercana a la biblioteca, con cierta independencia del resto y comunicadas directamente con el exterior para garantizar la comodidad y cierta privacidad de los pacientes. El proyecto incluye la incorporación de nuevos profesionales: un hematólogo y un oncólogo especializados en ensayos clínicos, personal de enfermería, personal especializado en recogida de datos y obviamente los tres responsables de la unidad.

El nuevo centro ya ha levantado muchas expectativas. Las industrias farmacéuticas han comenzado a llamar interesadas por la puesta en marcha. Además, estos centros tienen capacidad para impulsar el desarrollo de empresas subsidiarias del sector sanitario y de biotecnología.