Antonio Masa fuma cuatro paquetes de tabaco al día. Son 80 cigarrillos y 14,4 euros cada jornada, 432 en un mes y 5184 en un año. Nunca ha tenido un problema respiratorio, pero le duele cada vez más el bolsillo. Por eso ayer se pasó por la mesa informativa instalada en el vestíbulo del Hospital San Pedro de Alcántara, dentro de la campaña Los hospitales abren sus puertas a los fumadores , que se celebró simultáneamente en más de 40 centros hospitalarios de toda España, conmemorando los dos meses de entrada en vigor de la nueva le de prevención y tratamiento del tabaquismo.

"Se trata de sensibilizar a la población, concienciar a los fumadores y decirles que dejar de fumar es la medida más saludable que van a poder optar", explicaba Juan Antonio Riesco, jefe de la unidad de Tabaquismo del complejo hospitalario de Cáceres y vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica.

Los interesados se sometían a tres pruebas. En la primera les medía los niveles de monóxido de carbono, una de las 4.000 sustancias tóxicas que contiene el humo del tabaco e íntimamente relacionada con la patología respiratoria y la cardiovascular. A continuación se sometían a un test de edad pulmonar, que les mostraba si la edad de sus pulmones se correspondía con su edad física. Por último se les realizaba un test de dependencia farmacológica por la nicotina, que permitía a los médicos valorar qué grado de tabaquismo tienen, para aconsejarles qué deben hacer.

"El tabaquismo es una enfermedad adictiva, crónica y recurrente", aseveraba Riesco. Y el problema que ven además los facultativos para tratar esta patología es que "la población todavía no es consciente de la gravedad de esta adición", como enfatizó el jefe del Servicio de Neumología del San Pedro de Alcántara, Fernando Masa, que señaló que solo la adicción al tabaco y las patologías que lleva aparejadas, "propician más muertes, a nivel mundial, que el sida, la malaria y la tuberculosis juntas".

Por la mesa informativa pasaron ayer más de un centenar de personas interesadas en recibir información para decir adiós al cigarrillo.

"Es que no lo consigo, no puedo, y mira que me gustaría", aseveraba Antonio Masa tras conocer los resultados de su evaluación. Paradójicamente, sus pulmones revelaban una edad de 48 años, a pesar de que él tiene 65, y fuma desde que tenía 11. Aún así, ha probado de todo para dejar el tabaco. "Tratamiento con pastillas, acupuntura, láser, mentalización...", iba enumerando. Pero no lo ha conseguido aún. "Fumo por la mañana, por la noche en la cama...", añadía sobre un hábito que le cuesta cien euros cada semana.

¿Y qué le dijeron los expertos? "Que tengo que dejarlo, que pida ayuda", reconocía.

Lo que aconsejan es que se acuda al médico de Atención Primaria para ser evaluado. Si es posible, recibirá allí mismo el tratamiento, y si no se le derivará a consultas especializadas. "El tratamiento más eficaz es el que incluye apoyo conductual y tratamiento farmacológico", recordaba Riesco, que se refirió a la variedad de productos que hay actualmente en el mercado para controlar los síntomas del síndrome de abstinencia.

Antonio Masa, salió del hospital convencido de que lo intentará de nuevo. Si lo consigue esta vez, en cinco año habrá dejado atrás 146.000 cigarrillos, y tendrá en sus manos casi 26.000 euros.