Los locales de copas disponen de seis meses para iniciar los trámites necesarios para adaptarse a las modificaciones que se establecen en la Ordenanza Municipal sobre Protección del Medioambiente en materia de Ruidos y Vibraciones --conocida como ordenanza del ocio-- que entró en vigor el pasado viernes, 19 de junio. Eso supone que antes del periodo navideño, según se recoge en la disposición transitoria segunda, "todos los locales destinados al ejercicio de actividades recreativas y espectáculos públicos, con licencia de apertura plenamente en vigor, deberán adaptarse en cuanto a funcionamiento, horario y características físicas a las condiciones definidas". Además explica que en el caso de no poder llevar a cabo las reformas oportunas tendrán que solicitar licencia de apertura o cambio de categoría a la que se ajuste el local.

"Cada empresario tendrá que hacerse un traje a medida de las características del local y los técnicos tendrán que ver caso por caso, pero hay locales que es imposible que cumplan y no pueden hacer nada por cumplir y hay otros que saben que tiene que cambiar", explicó ayer el concejal de Seguridad Ciudadana, Carlos Jurado, cuando este diario le preguntó por la posibilidad de que los locales de menos de 100 metros cuadrados puedan ofrecer música en directo. El edil se mostró firme en su propósito de "salir de la nebulosa de licencias y horarios", que ha permanecido hasta ahora, aunque reconoció que con la aplicación de esta normativa la regulación del ocio se enfrenta a un periodo de "transición".

El mismo viernes por la noche el nuevo reglamento municipal comenzó a aplicarse por parte de los agentes de la policía local destacados en las principales zonas de ocio nocturno --plaza Mayor, Madrila y calle Pizarro-- quienes se dedicaron a informar a los propietarios de los locales de que la nueva ordenanza ya estaba en vigor y que había que cumplir con ella. "Y de nuevo hubo sanciones por incumplir el horario de cierre", explicó el edil, en lo que ya parece ser algo común.

A pesar de que Jurado señaló que la aplicación de la ordenanza será "taxativa", el servicio de licencias del ayuntamiento solo está tramitando, por el momento, el expediente de una licencia de apertura para un nuevo establecimiento que lo solicitó mientras la ordenanza se encontraba aún pendiente de aprobación. A este se le exigirá ahora que cumpla con las exigencias que se han incorporado en cuanto a dimensiones, documentación técnica, niveles de aislamiento acústico, incompatibilidad de actividades y horarios de apertura y cierre.

UN EXPEDIENTE Además el lunes entró en el registro la primera instancia para llevar a cabo las modificaciones necesarias en un local que ya se encuentra abierto. No se ha iniciado el expediente porque el solicitante no ha aportado aún un proyecto ni la documentación técnica necesaria para que se ponga en marcha la tramitación.

Lo más sorprendente a juicio del personal de este departamento es que desde que entró en vigor la ordenanza "muy pocos" se ha interesado por saber qué hay que hacer para llevar a cabo las modificaciones necesarias. El plazo para solicitar por escrito cualquiera de los cambios concluye en el mes de diciembre, por lo que en el año 2010 los locales que no se hayan acogido a la nueva norma local --o al menos hayan iniciado la tramitación necesaria para ello-- se verán abocados a sanciones que van desde precinto del foco generador del ruido que genera las molestias a la prohibición temporal o definitiva para desarrollar la actividad, y multas que oscilan entre los 1.500 y los 300.000 euros.

Además, para resolver todas las dudas que puedan surgir entre los hosteleros que se vean afectados por la nueva norma, Jurado y la concejala de Dinamización, María José Casado --quien inició el proceso de modificación del texto el año pasado-- se reunirán en los próximos días con los empresarios. "Si le faltan dos metros para cumplir con las dimensiones mínimas, los técnicos tendrán que estudiar qué se puede hacer, pero no vamos admitir que no se cumpla la ordenanza", Jurado.