TUtn verdadero policía es como un monje. Este no cumplirá sus votos de obediencia monástica con más abnegación que aquél sus votos de lealtad al deber. El sol se cuela por la ventana de un salón con vistas a Casa Plata desde el que Angel Carvajal, jefe de la policía local, defiende a un cuerpo que necesita toda la ayuda del mundo precisamente porque un agente es un servidor público que ha jurado proteger con nobleza la seguridad ciudadana en cualquier momento y lugar en el que la paz se vea amenazada.

--¿Cómo recuerda a su padre?

--Marcó mi vida. Tuvo una infancia difícil, se quedó huérfano con 7 años e ingresó en el Colegio San Calixto de Plasencia. Lo recuerdo trabajando desde que amanecía hasta que llegaba a casa y me acostaba. Se iba por la mañana al ayuntamiento, después de comer entraba en la Zapatería Miguel de la plaza Mayor donde llevaba la contabilidad. Salía a las ocho y se iba a los estudios de arquitectura de Silos Millán, donde estaba el Cine Astoria, y allí se quedaba hasta las tantas. De ahí se traía trabajo para seguir mecanografiando los proyectos que les pasaba a mis hermanos mayores. Murió el mismo día en que cumplió los 95 y siempre te preguntas ¿Me habré portado bien con él, tendría que haber estado más tiempo a su lado?

--¿Cómo recuerda la infancia? --En la calle, en un barrio donde solo dos vecinos tenían coche: un representante de Chupa Chups y otro que era maestro y que tenía un 600. Toda nuestra vida era el bocadillo de chocolate, las cuatro esquinas, el bote... Luego me fui al Diocesano y me iba entonces a los campos de fútbol de Pinilla a jugar al fútbol, al baloncesto y al voleibol, terminé siendo de la selección regional.

--¿Qué supone ser miembro de una familia numerosa?

--Soy el pequeño de ocho hermanos. Hay una diferencia de 19 años entre mi hermano el mayor y yo. Era una odisea, sobre todo a la hora de la comida, donde mi padre imponía el orden y allí no se empezaba a comer hasta que no estuviéramos todos sentados y tuviéramos la comida servida en el plato. A partir de ahí empezaban las patadas debajo de las mesas, las bromas y alguna colleja que mi padre siempre terminaba dándole a los mayores.

--La policía local va por su enésima reestructuración, ¿han dado ya con la clave?

--Cualquier cuerpo de policía se tiene que estar reestructurando continuamente y en ciclos cortos porque la ciudad crece, las legislaciones se actualizan, te van dando competencias nuevas y tienes que ir acondicionando la plantilla a esas exigencias. Para mí una de las cuestiones fundamentales es que la policía se tiene que reestructurar en base a esas legislaciones y que las personas más adecuadas formen parte de las unidades especializadas. En la policía local no se ha hecho ninguna reestructuración desde 2007. Se han dado pinceladas pero son insuficientes y eso va en detrimento del servicio que le tenemos que dar a los ciudadanos, no cabe duda.

--¿Qué supone estar al frente de 160 policías?

--Me siento muy orgulloso y lo he aceptado con naturalidad, ilusión y ganas. Es una gran responsabilidad que no me viene corta ni me viene grande. Entré en la policía de agente, he pasado por todos los destinos; me he tirado dos años continuados de noche, eso me hizo aprender muchas estrategias policiales, tener un sentido de la orientación y la ubicación de las personas, sé lo que es sufrir encima de una moto, sé lo que son las broncas que se puede estar llevando un policía cuando retiras un coche con la grúa, sé lo que es estar en Atestados porque he sido jefe de Atestados, jefe del grupo de Seguridad, los famosos GES que van de paisano y que hemos tenido unos éxitos bárbaros... Entré en la policía de Cáceres en el año 83 y no llegábamos a 80.

--¿Cuál ha sido el momento más amargo de su carrera?

--Cuando llegué con 24 años a todos los jóvenes nos metieron en la patrulla de protección ciudadana. Tuve dos compañeros que marcaron mucho mi vida porque entonces no teníamos academia. Uno de ellos era policía y falleció de un infarto y la verdad es que lo sentí mucho. El otro era cabo, se tuvo que someter a una operación que en principio era rutinaria y no la superó.

--¿Ha tenido que sacar alguna vez el arma?

--Al arma no le tengo miedo pero sí muchísimo respeto porque fui militar profesional y una de mis primeras actuaciones fue con un soldado que se pegó un tiro. Curiosamente mi primera sacada de arma es anecdótica porque fue la antena de un walkie talkie. Tenía 24 años, no tenía pistola y sorprendimos en Médico Sorapán a unos jóvenes robando la caja fuerte de un establecimiento. Mientras que intentábamos parar o no el coche, salí, y lo primero que cogí fueron los 20 centimetros de antena y me eché a correr detrás del individuo. Hasta la plaza Marrón no lo detuve. Le puse la antena en la espalda y le dije: "Alto, policía, disparo". Entonces el tío se paró en seco, lo tiré al suelo, me senté encima y esperé a que llegara un compañero porque yo tampoco llevaba grillete para esposarlo. Cuando sí tuve que sacar el arma fue una noche en la que recibimos una llamada alertando que en La Madrila había un chico pegando disparos al aire. Hicimos una batida, lo identificamos y lo detuvimos. Cuando lo reduces y lo montas en el coche te entra un bajón enorme de la tensión que sufres.

--¿Cómo ha cambiado la policía local desde que usted ingresó en ella?

--Lo único que no ha cambiado es parte del color del uniforme, el resto, todo. Antes no había ordenadores, nos teníamos que venir a casa como aquel que dice casi con el uniforme puesto porque no teníamos donde dejarlos. Hoy hay vestuario, duchas, las instalaciones tienen calefacción, la edad media de los policías, su preparación... Siempre a mejor. Ahora los vehículos tienen aire acondicionado, antes teníamos un Renault 4 y luego se trajeron dos 131 que pasaron a ser de la famosa patrulla de Protección Ciudadana, que solamente estaba de noche. Recuerdo que cambiaron el coche del alcalde Bustamante, que era un 1.500 negro, por un 132, y el 1.500 nos lo pasaron para que de noche patrulláramos con él.

--¿Tiene la policía local el respeto que merece?

--Sí, y se lo han ganado a pulso los propios policías. El 95% de ellos son hoy universitarios y todos tienen una preparación digna. La policía local está perfectamente situada, al mismo nivel que cualquier otro cuerpo y fuerza de seguridad del Estado. Hace poco dos policias han salvado la vida a una persona que estaba robando cables, se quedó electrocutado y le hicieron una reanimación. No solo nos dedicamos a poner multas de tráfico, somos servidores públicos y nos debemos a los ciudadanos porque en definitiva son ellos quienes nos pagan.

--Valore el tráfico...

--Fórmulas matemáticas para que el tráfico funcione no las hay. Recuerdo que en el 92 hice un informe técnico del que emanó el giro a la izquierda de Gil Cordero a la avenida de Alemania sin darle la vuelta a la Cruz. Recuerdo que hubo un arquitecto y unos técnicos en el ayuntamiento que no estaban de acuerdo; intentemos hoy quitar ese giro, sería imposible. Algo semejante ha ocurrido en Primo de Rivera, decían que se iba a montar un caos terrible porque los datos que los semáforos nos arrastran es que esa avenida soportaba una intensidad media diaria de 22.000 vehículos. Se ha cerrado, se han retocado las fases semafóricas de Fuente Luminosa, del caballo y de Virgen de Guadalupe, se ha hecho peatonal San Pedro de Alcántara y no tenemos incidencias de retenciones de tráfico, ¿donde están esos coches?. De manera que los ciudadanos han utilizado otras alternativas que han visto más rápidas sin tener que pasar por ahí, porque la línea recta no es la más rápida.

--¿Qué opinaría de un pacto PSOE-Ciudadanos?

--Los pactos entran dentro del juego político de nuestra democracia, pero creo que deben servir para potenciar, consolidar y hacer políticas firmes y aceptables, no para lo contrario. No concibo hacer un pacto político para destruir un equipo de gobierno o para una cosa contraria a lo que sea el bienestar de los ciudadanos. Hemos dicho nuestro parecer en las urnas y aceptamos cualquier cosa, pero que se consoliden políticas y programas.

--Puigdemont es el presidente 130 de la Generalitat...

--Va a tener un mandato complicado. Es el 130 presidente pero puede que llegue el 131 porque no es descartable que las elecciones pueden que estén a la vuelta de la esquina.