Cielo Andrada es la terapeuta ocupacional que se ocupa de coordinar el equipo que atiende el Taller de la Memoria de la asociación Alzhei Cáceres. Lleva cerca de dos años trabajando en este centro y reconoce que no es una tarea fácil. "Lo bonito y lo duro del día a día es que ves cómo evolucionan ellos, pero también cómo avanza el alzhéimer", y advierte que "tras la enfermedad hay mucha gente sufriendo, primero el enfermo que al comienzo se da cuenta de lo que le sucede".

La terapia con los enfermos es personalizada "en función de sus capacidades y los déficits que presentan, porque se trata de potenciar lo primero". Por eso, lo primero es realizarles una serie de pruebas para conocer el estadio de la enfermedad en la que se encuentran, aunque el seguimiento debe ser continuo porque la enfermedad no sigue un patrón. "En el alzhéimer juegas con la desventaja de que la pérdida es diaria, hoy saben sumar y mañana se les ha olvidado", señala.

El Taller de la Memoria funciona de 9.00 a 13.00 horas de lunes a sábado, y también de 16.00 a 19.00 de lunes a viernes. "Por la mañana se hace primero una terapia verbal con orientación temporal y espacial y se trabaja la memoria de manera grupal, para fomentar la participación y la socialización porque ellos tienden a aislarse". Después realizan las tareas más difíciles, aunque adaptadas al nivel de cada uno. "Por ejemplo les planteamos qué harían en diferentes situaciones, como si se les cuela una señora en el supermercado". En ocasiones no hay respuesta porque su cerebro no lo sabe y en otros casos la inventan. "Dicen que son como niños, pero no, a un niño le puedes hacer razonar pero a ellos no porque han perdido la capacidad de hacerlo", asevera la terapeuta.