Los jabalís se han convertido en las últimas semanas en visitantes habituales de la ciudad. Sin ir más lejos, la noche del miércoles se vio a uno campando a sus anchas por el barrio del Junquillo. La escena cada vez es más habitual. Las escasas opciones que les otorga el campo para la alimentación y el agua fuerza a muchos animales a concentrarse en los núcleos de población para buscar sustento, así lo explica a este periódico el director de la Oficina Universitaria (Uex) de Medio Ambiente, José María Corrales.

Se mueven sobre todo por las zonas cercanas a la ladera de la montaña. Según indica Corrales, también se les ha visto en la rotonda de la Guardia Civil, en la barriada de Vistahermosa, en la gasolinera situada frente a Charca Musia, en el Residencial Universidad y en el propio campus universitario. «Hacen destrozos en los jardines de los barrios y las facultades, las zonas verdes están levantadas y en ocasiones llegan a romper los aspersores», señaló.

Asimismo, comentaba entre risas una anécdota que presenció un jardinero del campus. «Una zorra empujaba con la pata varias veces una papelera con la intención de darle de comer a sus crías». Y aseguraba que los jabalís pueden llegar a volcar contenedores de basura.

Además, alertaba de que los jabalís están acostumbrados a la raza humana y que, por lo general, no son peligrosos; pero, ante su presencia, se recomienda actuar con precaución. «El jabalí no ataca si no es atacado. Solo es peligroso si está herido o si le intentan quitar a sus crías», subrayaba. Finalmente, para Corrales el problema del aumento de población de esta especie viene dado porque la Junta, no ha llevado a cabo las batidas anuales.