--¿Cómo era el ayuntamiento en 1987 cuando usted entró?

--Era más familiar que ahora, había menos funcionarios y burocracia y teníamos una relación más directa con los técnicos. No había despachos individuales, todos los concejales del grupo de gobierno estábamos en el mismo despacho. Más transparencia no podía haber.

--¿Qué decisiones hubo en esa primera legislatura que supusieran cambio para la ciudad?

--Casi todo estaba por hacer, había barrios con calles sin asfaltar, cuando llovía se llenaban de barro, incluso eso ocurría en el centro. Todo el Per que ingresamos lo usamos para asfaltar y hacer aceras. Hubo que erradicar el chabolismo, había en el Junquillo, El Carrucho, Las Minas, San Blas.

--Fue concejal de ciudad monumental un año después de la declaración de patrimonio de la humanidad, ¿qué fue lo primero que tuvo que hacer?

--Había que eliminar los coches de la ciudad monumental. Desde entonces se está luchando para reducir su impacto, pero no se ha conseguido del todo, además hace falta infraestructura de aparcamientos, que es otra cosa que aún no tiene.

--¿Ha cambiado mucho en estos años la parte antigua que le tocó gestionar como edil?

--No se han llegado a solucionar los problemas, además aquella época de la ciudad en la que estuve como concejal fue la más gloriosa de Cáceres. Era una época de cambios, en la que había ilusión, todos trabajábamos en la misma dirección, los políticos, los empresarios, los trabajadores, los funcionarios..., eso es lo que necesita ahora esta ciudad, que está muerta y arruinada. Se necesita un cambio.

--¿Qué tipo de cambio?

--De ánimo. Con la política actual de recortes no vamos a ninguna parte, es lo contrario a lo que se tiene que hacer. Si no hay iniciativa privada, tiene que ser la pública la que intervenga, y no vale con dar una subvención, lo que hay que darle al emprendedor es infraestructuras. No se puede consentir que los proyectos se dilaten, como ocurre con los del Corte Inglés y el centro de ocio o lo que pasó con Decathlon que se quiso instalar aquí, porque esas iniciativas son cíclicas, si se pasa la oportunidad no se repite. Además con la burocracia y el papeleo no se va a ninguna parte cuando lo importante es generar empleo porque si seguimos así al final se va a cerrar todo. Alguien tiene que dar una ilusión a esta ciudad y mucha culpa es de los políticos, que están todo el día hablando de la crisis y de no gastar nada.

--Sí, pero es que el problema es que no hay financiación ni ingresos suficientes

--No se trata solo de financiación, sino también de agilidad en la administración, que las licencias a los proyectos se den cuanto antes porque un puesto de trabajo es lo más importante que hay ahora mismo. Esto tiene que cambiar y hay que dar a la gente ilusión. Yo le vuelvo a poner el ejemplo de la época en la que estuve con Sánchez Polo, en la que había negociación con los empresarios, se atendía a todo el mundo. Además había otra cosa buena y era que no había mayoría absoluta, todos los partidos, nosotros, el PP, el CDS y EU estaban por la labor de hacer cosas. Pero ahora no, ahora tenemos una alcaldesa que está parte de la semana en Madrid. Necesitamos gente que tenga conciencia de que la ciudad tiene que tirar hacia delante y de que la ciudad está antes que el partido.

--Estuvo dos legislaturas, ¿por qué no siguió?

--Yo me ofrecí a Roncero para seguir, pero no me llevó en la lista y así nos pasó a otros que estuvimos con Sánchez Polo. Fue un error que Sánchez Polo no siguiese una legislatura más, a la ciudad le habría ido mejor con él de alcalde. Para mí ha sido el mejor alcalde de Cáceres.

--Pero aunque Sánchez Polo se hubiese vuelto a presentar, lo habría tenido muy complicado para repetir en la alcaldía, entonces era una época de fin de etapa del PSOE y de comienzo de la del Partido Popular

--Pero es que ese es el error, los cambios deben ser de ideas, no de quítate tú para que me ponga yo. Lo de cambiar las caras no es la solución, el cambio tiene que ser de ideas y que siga la gente que valga. Los partidos pasan por encima de las personas, yo acumulé una experiencia en mis ocho años de concejal y nadie me pidió después un consejo. Los partidos se equivocan en eso porque la historia se repite. El PSOE debe cambiar, debe meter gente joven para formarla y contar con los veteranos que tienen experiencia. El PSOE es muy dado a quitar a todos los que han estado antes porque han colaborado con un cargo o un dirigente que ya no está al frente.

--¿Quedó defraudado con su partido?

--Defraudado no. Si tú te ofreces y no cuentan contigo no te queda más remedio que retirarte. Sigo estando en el PSOE, no me he dado de baja, aunque conmigo no han contado. No obstante, todo esto tiene solución.

--¿A qué solución se refiere?

--En los partidos tiene que estar gente emprendedora, con ilusión y ganas de hacer cosas por la ciudad. No hay que meter a burócratas que estén que si la norma, que si el lío, que si el juicio. No puede ser todo juicio y lío, hay que negociar y ahora todo es juicio y tribunales, y eso es por falta de diálogo.

--De acuerdo, pero las normativas, los reglamentos, la legislación, los planes..., todo eso hay que cumplirlo

--Por supuesto que hay que cumplirlos, pero lo que no puede ser es que un proyecto como el del Corte Inglés esté dando vueltas desde 2002, porque cuando se quiere hacer ya no hay financiación. Lo mismo le digo de Gallardo en Extremadura, al que se le ponen trabas. Parece que la normativa de medio ambiente tiene que ser siempre para Extremadura, en otras comunidades no hay tantas trabas. Esto tiene que cambiar. Cáceres, por ejemplo, está rodeado por Zepa por todas partes. Las normas están para cumplirse, aunque tampoco pueden convertirse en un freno para que las ciudades no puedan moverse. En el plan general han tardado casi 10 años y así no puede ser porque el resultado es que la construcción y todo lo vinculado a ella está arruinado y ahora va a entrar en esa dinámica la industria y el comercio.