Un vecino de Navalmoral que al parecer difundió desnudos de una joven a través de internet se sentará en el banquillo de los acusados próximamente en el Juzgado de lo Penal de Cáceres. Los hechos por los que Roberto G. V. habrá de responder ante la justicia, y por los que el fiscal le imputa un delito de coacciones y pide para él una pena de casi 3.000 euros de multa, ocurrieron en febrero del 2004.

Según recoge la fiscalía en sus conclusiones provisionales, el acusado contactó a finales del mes de febrero del 2004 y a través de internet con la joven. "Convinieron en verse personalmente en Navalmoral y eventualmente mantener relaciones sexuales el fin de semana del 2 y 3 de abril, y el encuentro se produjo, pero finalmente la chica se negó rotundamente a mantener relaciones sexuales con el acusado y regresó a su casa".

Desde ese momento, el acusado, "gravemente contrariado y enfadado con la chica, por lo que consideraba un desprecio y un desplante intolerable e injustificado, se negó a zanjar el problema habido entre ellos y no dejó de remitirle mensajes SMS y a su dirección electrónica insistiéndole de forma insultante en que debía cumplir con él". La insistía amenazándola, añade el fiscal en su escrito de calificación, con que de no ser así difundiría vía internet imágenes en las que ella aparecía desnuda, "lo cual materializó indiscriminadamente desde su domicilio y con su ordenador personal hasta que, a principios del mes de mayo, conoció que había sido denunciado por ello".

El fiscal le acusa por estos hechos de un delito de coacciones y solicita se le imponga una pena de 8 meses de multa a razón de 12 euros diarios.

OBSTRUCCION A LA JUSTICIA Por otra parte, el Juzgado de lo Penal juzgará también en breve a Serafín F. G., vecino de la localidad de Talayuela, al que el fiscal acusa de un delito de obstrucción a la justicia, por el que solicita se le condene a tres años de prisión, y una falta de lesiones por la que pide una multa de 480 euros y el pago de 110 euros de indemnización a su víctima.

Los hechos ocurrieron en octubre del 2004, cuando el acusado amenazó a una vecina que iba a declarar como testigo en un juicio en el que él era parte denunciante para que no lo hiciera.

Las amenazas se sucedieron, personalmente y por teléfono, hasta la noche del 29 de noviembre en que el acusado esperó a su vecina en las inmediaciones de su domicilio "y diciéndole que le iba a romper la boca le propinó dos fuertes puñetazos que le hicieron caer al suelo".