El expediente conducente a la declaración del poblado minero de Aldea Moret como Bien de Interés Cultura rectificará los errores de emplazamiento de las minas de San Salvador y los depósitos de la mina La Esperanza, contemplará la mina de María Estuardo y tratará de mejorar la datación de los planos de la zona que se incluyan. Son dos de las observaciones que distintos colectivos (como Adenex y la Asociación Cultural de Aldea Moret) y vecinos del barrio consensuaron en un escrito con 25 alegaciones presentaron en marzo de 2010, un mes después de que la Junta de Extremadura anunciara el inicio del expediente para proteger la zona. Ambas apreciaciones, las alegaciones número 2 y número 8, son las únicas que han tenidas en cuenta de cara a la declaración final.

"Hubiera sido conveniente aumentar los elementos protegidos y el entorno de protección", valoró a este diario el responsable de Patrimonio de Adenex, uno de los colectivos que elaboró las estas alegaciones. Precisamente las dos que se han tenido en cuenta forman parte del contenido que ellos aportaron. "Muy técnicas", reconoce, aunque valora que lo importante es "que el expediente se resuelva cuanto antes".

La mayor parte de las alegaciones que han sido desestimadas fueron presentadas por la Asociación Cultural de Aldea Moret. "Estamos decepcionados. Las alegaciones que presentamos solo pretendían enriquecer el contenido cultural del poblado minero", valoró a este diario Juan Jesús Tato, representante de la Asociación Cultural Aldea Moret. A su juicio, las dos alegaciones que se han tenido en cuenta son "menores", porque solo hacen referencia a "subsanar errores de ubicación".

Las alegaciones que han sido desestimadas por parte de la Dirección General de Patrimonio Cultural son las que perseguían incorporar nuevos elementos a proteger: las fuentes en las que lavaban las mujeres del poblado minero, los caminos, las ermitas en las que se celebraban las romerías y las propias romerías, los vestigios del cine, la línea de ferrocarril por el que se sacaba el mineral de la ciudad... "Creemos que la omisión de estos elementos perjudica al valor cultural del poblado minero", señaló Tato.

NO INTERVENIR La declaración del poblado minero como Bien de Interés Cultural comenzó su andadura en febrero del 2010, con la incoación del expediente por parte de la Dirección General de Patrimonio. La declaración supone proteger los restos del poblado minero y ´blindar´ el conjunto frente a intervenciones urbanísticas. Además fue el requisito que impuso el Ministerio de Cultura para incluir Aldea Moret en el plan especial de recuperación de áreas industriales y destinar fondos a su rehabilitación.

Si el expediente se resuelve de forma favorable, el conjunto quedará incluido en la categoría de Lugar de Interés Etnológico. Se aplica a aquellos espacios naturales, construcciones o instalaciones industriales vinculadas a formas de vida, cultura y actividades tradicionales del pueblo extremeño, como antiguos almacenes, fábricas y elementos distintivos como sus chimeneas, silos, puentes o molinos.

El ámbito de la protección se centra en los restos del poblado --donde ya están rehabilitados el embarcadero y el Garaje 2.0-- donde aún permanecen en pie algunas casas, la nave de superfosfatos y la iglesia de San Eugenio. Además se protegen los restos de las minas de La Esmeralda, María Estuardo, San Salvador, el malacate y las casas de los ingenieros.

SI AL AYUNTAMIENTO Frente a la decepción de estos colectivos, el Ayuntamiento de Cáceres mostró hace unas semanas su satisfacción por la estimación de las alegaciones que el consistorio presentó. La Dirección General de Patrimonio Cultural entendió que las propuestas del consistorio "pueden conseguir una mejora en la declaración mediante la concreción de los aspectos relacionados con el uso que se dé a los espacios incluidos", según transmitió a través de una carta.

Las aportaciones del ayuntamiento iban encaminadas a modificar el entorno de protección de la mina La Abundancia, de tal manera que se podrían realizar edificaciones, y por tanto se da vía libre a la construcción del nuevo colegio de Proa.

La segunda alegación, también aceptada, se refiere a la ampliación del entorno de protección de las boca-minas del cerro de la Mina de La Esmeralda, de tal manera, que no sólo contemple los sistemas generales concebidos en el Plan General Municipal, sino también se incluye un entorno más extenso de dotaciones verdes y dotaciones públicas locales y se permitirán actuaciones públicas de puesta en valor del bien de interés cultural.