Generalmente se asume que esta mansión de la plaza de San Jorge era la solariega de los Becerra, de la que salieron todos sus miembros, incluyendo los cuatro comendadores que la familia dio a la Orden de Santiago y los dos que dio a la Orden de San Juan en solo cincuenta años, entre finales del siglo XV y principios del XVI. "Pero nada más lejos de la realidad. Los Becerra tenían sus casas muy cerca, en la entonces calle Oscura y ahora calle de la Manga", precisa el investigador.

Según explica, la casa perteneció allá por 1440 al caballero Juan de la Torre, que la cedió a su hijo o nieto del mismo nombre, quien más tarde la dejó a su sobrino Alvaro de Paredes, miembro de la familia Becerra, aunque nunca vivió allí. La legó en 1540 a su hermano frey García Becerra, Comendador de la Orden de San Juan, que tampoco la habitó. Finalmente fue heredada por su hija doña Leonor Becerra, que sí vivió en ella. En esta época se colocaron los bellos escudos gemelos.