"¡Ya nos conoce todo Cáceres. Nos dicen: vosotros sois los del periódico!", manifiestan a este periódico Pablo y Patricia, los tinerfeños que protagonizan el diario de un womero, tras haber copado ayer la portada de este periódico. "Nos están tratando todos fenomenal. Los bares, el hotel o la gente en la calle. Todos", aseguran. Y también están cumpliendo, al menos durante el día de ayer, el objetivo por el que emprendieron el viaje a Cáceres: descubrir. "Mi madre hizo geografía e historia y quizás sea por eso, pero a mí me está apasionando el Casco Antiguo de esta ciudad", dice Patricia. "Cuando paseas, es fácil encontrarte un edificio con una bóveda del siglo XIII", arguye Pablo.

Disfrutan del Womad. De los conciertos, de su cultura y del ambiente. "Este festival es bueno para todos. Quizás la cultura no sea rentable a nivel económico, pero sí lo es a largo plazo. Formas a tu gente, les das ganas de viajar y de conocer y respetar a los demás", dicen. Y es que, cuentan, que la verdadera grandeza se encuentra en tu capacidad de abrirte. "Y, en este sentido, este festival te enriquece mucho", aseveran. Y no lo han notado sólo en los conciertos. Lo han hecho también en los bares en los que han desayunado o en las barras donde han pedido cerveza en el festival. "Sólo tenemos palabras de agradecimiento".

Con todo, guardan algunas quejas. Lamentan, por ejemplo, que no puedan visitar algunos museos de la ciudad ya que cierran desde el viernes por la tarde hasta el lunes. O que quedaran palcos vacíos en el Gran Teatro durante los conciertos de la primera jornada del festival. Aunque, en sus primeros dos días, se quedan con lo bueno. Y, al despedirse, expresan un deseo. "Pase lo que pase, que nunca se lleven el Womad de esta maravillosa ciudad".