Ha sido una imagen continua en el suroeste de la capital cacereña durante los últimos 15 años: camiones descargando escombros y formando altos terraplenes de residuos de obras, en el único vertedero permitido y controlado de la ciudad. La Labradora, con cientos de miles de toneladas acumuladas junto al Cerro de los Pinos, se cerró en noviembre y ha comenzado a sellarse, un proceso que concluirá en dos meses.

Esta escombrera fue concesionada por el ayuntamiento para conseguir dos fines al mismo tiempo: rellenar los peligrosos socavones que había dejado la cantera de Balpia, y dar una solución a los continuos residuos generados por el sector de la construcción. El Grupo Santano se encargó de su gestión. Poco a poco los camiones fueron cubriendo los desniveles y elevando el terreno, abonando una tasa de 59 céntimos/tonelada. Durante años no pararon de llegar volquetes de tierra, pero ya en los tiempos del boom de la construcción se recogieron todo tipo de desechos de obra porque no existía ningún otro vertedero habilitado. La creación del nuevo plan de gestión de residuos, que recoge, separa, trata y recicla los restos de la construcción, ha puesto fin a este vertedero hace dos meses.

Muchos recuerdan los incendios que provocaban los buscadores de cobre y que se mantenían activos bajo los escombros durante semanas, generando humos y malestar en los barrios próximos, pese a las medidas que se tomaban para evitarlo. No volverá a ocurrir. El sellado ya se encuentra en marcha. Según los responsables de la empresa, se están retirando los restos que no conviene dejar en el terreno (no degradables) y poco a poco se van cubriendo todas las zonas al tiempo que se iguala la superficie con tierras limpias. Curiosamente, el parón de la construcción ha obligado a trasladar camiones de tierra hasta la zona solo para estos cometidos.

Una imagen verde

A continuación se realizará una hiedrosiembra en los taludes y se plantará vegetación en el resto de la zona (ocupa unas 20 hectáreas), para evitar el impacto ambiental que siempre genera una escombrera y recuperar la imagen que tenía el entorno antes de las extracciones de áridos, una labor que se realizará con la supervisión de la sección municipal de Parques y Jardines.