El autor de un texto teatral pinta menos que un perro en misa aunque ayer Cáceres rompió esa tendencia cediendo a la palabra envolvente y directa de José Ramón Fernández, que ha escrito junto a Inma Chacón una de las grandes propuestas de la XXVII edición del Festival de Teatro Clásico de Cáceres, Las Cervantas, dirigida por Fernando Soto y que se pondrá en escena el 24 de junio. José Ramón fue el gran protagonista de la presentación oficial de una de las citas culturales más importantes de la ciudad, que ha ido perdiendo fuelle desde sus orígenes y que no ha reparado en la importancia de apostar por grandes estrellas de la escena (que eso de lo mediático alimenta, sin duda, el éxito). Aunque a decir verdad este año se ha incrementado el presupuesto (200.000 euros) y se ha notado la mano de Silvia González, directora del Gran Teatro, una apasionada de las tablas por devoción, profesión y convicción que ha puesto todo su empeño en que el Clásico recupere su esplendor.

José Ramón Fernández, un enamorado de Florencia y La Toscana, que de pronto se quedó fascinado por Cáceres, ha escrito sobre el mundo de las mujeres que rodearon a Cervantes, cinco mujeres muy especiales para la época porque aunque no eran de alta cuna sabían leer en aquella España en la que solo 7.000 personas tenían acceso a la lectura. Eran, además, mujeres independientes porque tenían un oficio: cosían para la gente pudiente. Por eso se van a vivir a Valladolid, por eso la esposa de Cervantes es una mujer que firma, porque puede vender y comprar cosas, y eso no era lo normal: mujeres libres, reales, con la cabeza sobre los hombros...

Un día matan a un hombre a las puertas de la casa de Las Cervantas y el comisario, para salvar su reputación, mete en el ajo a todas esas mujeres, a las que acusa de que de aquella casa entraban y salían hombres... y puntos suspensivos que acaban en putas. Así que la familia Cervantes terminaría en la cárcel y del asesino nunca se supo. Vamos, que Las Cervantas habla, ni más ni menos, que de las cosas que se cuentan en los telediarios. Por eso el Siglo de Oro está tan de moda y es tan contemporáneo.

Y por eso el Siglo de Oro se merece un teatro como el de Cáceres, que llega del 9 al 26 de junio con 12 montajes, 4 de ellos estrenos, en los que además de Cervantes, coincidiendo con el Año Cervantino, no faltan Shakespeare ni la Compañía Nacional de Teatro Clásico, que regresa a la ciudad con tres coproducciones. Todo ello con actividades paralelas, un cartel de lujo que ha pintado con maestría Juanjo Narbón, y como colofón los escenarios de Las Veletas y San Jorge que, al fin, se reabre a lo que nunca debió cerrarse: el teatro, aunque en esa plaza haya una cafetería.