El pasado día 31 de enero, el concejal de Turismo del Ayuntamiento de Cáceres, Francisco Torres, presentó en Fitur el libro Las huellas de Sefarad en Cáceres . Su autor es Fernando Jiménez Berrocal, historiador responsable del Archivo Histórico Municipal.

Según esta publicación, no es hasta el siglo XIII cuando las fuentes documentales hablan de la presencia de una influyente comunidad hebrea en la ciudad, aunque no se descarta que ya hubiese un asentamiento judío durante la presencia árabe, igual que sucedía en otros enclaves musulmanes de la península. Hay constancia de una comunidad hebrea en 1229, cuando los cristianos leoneses toman la ciudad. El Fuero Latino, el documento más antiguo que se custodia en el Archivo Histórico Municipal, ya regula los derechos y obligaciones de los judíos en la villa de Cáceres.

La legislación de la época señalaba una clara diferencia entre los judíos y los moros. Los segundos quedaron relegados a una situación de semiesclavitud. A los judíos, en cambio, se les protegía la vida, se les permitía firmar en procesos civiles y conservar sus peculiaridades religiosas y sus costumbres. Eso permite hacerse una idea de que la comunidad judía jugaba un papel importante en la sociedad cacereña. Aunque también se les fijaban limitaciones como la de no poder tener un cargo público. Los judíos se dedicaban sobre todo al comercio y a ejercer como prestamistas, ya que los cristianos tenían prohibido prestar dinero con interés bajo pena de excomunión.

La presencia judía en España acabó, formalmente, el 31 de marzo de 1492 con el decreto de expulsión firmado por los Reyes Católicos.