El incendio de la carretera de Badajoz también ha tenido su repercusión en los animales. Ya en el fin de semana, uno de los vecinos de El Galindo, la urbanización que tuvo que ser desalojada el sábado por la proximidad con las llamas, lamentó que el fuego matara a seis de sus gallinas. Otros celebraban su suerte en conversaciones con este periódico: les había dado tiempo a dejar las puertas abiertas y los caballos habían podido escaparse.

Hace unos años, el refugio de San Jorge recibió dos cerdos cuyo dueño iba a entrar en prisión. "No sabíamos donde meterlos. Los llevamos a una granja, al lado del ecoparque", recuerda Laura Varaldi, trabajadora del refugio. Allí los instalaron hasta que, hace apenas unos meses, la hembra se quedó preñada y tuvo 12 crías. El fuego que ha asolado ya más de 2.000 hectáreas se originó cerca de este punto y uno de los lugares por los pasó fue el la parcela donde habitaban estos animales.

"Se ha quemado toda nuestra parte del ecoparque. Cuando fuimos a verlos, ocho de las crías habían muerto y una estaba en muy mal estado", dice Varaldi. La cogieron, la llevaro al refugio y ahora, trabajadores y voluntarios se afanan en sanarla, aunque presenta heridas por quemadura muy visibles en la barriga. "De momento no le hemos puesto nombre. No sabemos si va a vivir porque es muy pequeñín", confirma Laura.

De momento, el refugio no ha recibido ningún otro animal herido por quemaduras provocadas por el incendio, aunque no podrá dejar otros en el ecoparque. La mayor parte de la superficie calcinada son pastos, no hay fauna salvaje y los propietarios de los domésticos pudieron salvarlos antes de que las llamas se acercaran a los animales. Un lechón es el que lucha ahora por salvarse.