Por vez primera en nuestra historia democrática ningún partido ha ganado las elecciones. Unos porque han sufrido una merma de votos y escaños numerosa y otros porque se han quedado lejos de sus expectativas.. Así pues nos va a gobernar alguno de los perdedores. ¿Cuál de ellos y cómo? Pues parece ser que la decisión no está en manos de los partidos sino del IBEX 35. Eso es lo que se desprende de algunos mensajes directos tanto de sus manadamases como de sus gacetilleros.

Sin embargo su preferido, el PP, lo tiene muy difícil pues tras años de oposición de tierra quemada sin querer pactar la ley de educación, la de dependencia y la laboral, y cuatro años aprobando sin pactar su reforma laboral, la LOMCE, la ley embudo y negándose a la reforma de la Constitución, parece poco probable que alguien quiera pactar con ellos. No obstante, algunos barones socialistas parecen ser propensos a este pacto y solicitan un pronunciamiento de Felipe González al respecto, pese a que ellos no le han hecho ascos a pactar con cualquiera para alcanzar el poder. No creo que existan dudas de la opinión de Felipe, en estos momentos conseguidor y consejero de empresas del Ibex 35. Sin embargo las bases y los militantes socialistas se sienten más identificados con otras fuerzas de izquierda y verían bien un pacto con ellas por varias razones. En primer lugar porque los votos que han obtenido eran votos socialistas. En segundo lugar porque la mayoría de las propuestas programáticas de tales partidos son propuestas que los socialistas deberían haber hecho.

En tercer lugar porque las personas que se sienten representadas por ellos deberían sentirse representadas por el PSOE. Y en cuarto lugar porque esta situación pone de manifiesto la miopía de los dirigentes al menospreciar la importancia y la trascendencia de los movimientos ciudadanos surgidos con y tras el 15M e ignorar la racionalidad de sus demandas. Caín sigue vivo.