Tanto libreros como la organización de la feria del libro mantienen una sintonía "positiva" en el primer balance que hacen sobre los once días que se ha prolongado el certamen literario en el paseo de Cánovas. Los primeros, antes de hacer recuento de ventas final al cierre de la feria que echó ayer la persiana hasta el año que viene, sostienen que las ventas se mantienen en la misma tesitura que en la edición anterior. Añaden en ese sentido que, aunque el número de usuarios que hayan pasado por las casetas sea menor con respecto a otros años, los clientes son "más decididos a comprar".

El buen tiempo también ha hecho mella en los cacereños para que se dispusieran a pasera y a ojear los ejemplares que tenían a disposición de los clientes los responsables de las librerías más reconocidas de la capital cacereña. La mayoría coincide también en que el fin de semana fuerte de ventas ha sido el del 23 de abril. Secunda esta opinión la responsable de la librería académica hispánica que asevera "que el fin de semana ha sido mejor con mucha diferencia". "Hay un antes y un después de la feria para nosotros", añade y concluye que "parece que el mundo lee durante la feria del libro y durante el resto del año no". Coincide con este testimonio Alfonso Agúndez, de librería Agúndez, que el Día de la Madre, que se celebró ayer, ha sido un incentivo para las ventas. Prudente se muestra aún el responsable del Buscón, quien prefiere esperar a la calma para hacer cualquier balance, no obstante, insiste en que ha percibido mayor interés de los clientes.

El portavoz de Ifeca, César Vicho, por su parte, destaca que la fiesta de la literatura, a falta de un informe detallado, ha mantenido "la calidad en cuanto a autores y afluencia de espectadores" y "consigue mantener las expectativas para la edición".