El Lignum Vere Crucis se ha considerado durante siglos uno de los mayores fragmentos de la cruz de Jesús que han circulado por el mundo cristiano. Fue traído a Cáceres por el cardenal Bernardino de Carvajal, tío del Arcediano de Plasencia Francisco de Carvajal, que en el siglo XVI construyó la capilla del palacio de Abrantes. En 1863, el Papa Inocencio XI concedió indulgencias plenarias de 7 años a los fieles que rezaran en dicha capilla. Pero además, según el investigador Miguel Orti Belmonte, hubo un segundo Lignum Crucis en la capilla, regalo del Maestre de Malta a don Alvaro de Sande cuando derrotó a los turcos en el desembarco de Malta.

Desde hace trece años, la Cofradía del Cristo Negro organiza una eucaristía en la capilla de este palacio, hoy residencia de estudiantes de Cristo Rey, coincidiendo con la festividad del bautismo de Jesús. Estas reliquias, que desde el siglo XVI al XIX formaron largas colas de peregrinos llegados incluso de otros países europeos, no pudieron estar presentes en la eucaristía de ayer ya que una desapareció y la otra se encuentra en manos de un particular, que sí permitió su exposición en la misa de 2006.

Precisamente, al cumplirse este año el XXX aniversario de la refundación de la hermandad del Cristo Negro, su junta directiva solicitará que pueda ser incorporada a la procesión de la medianoche del Miércoles Santo.