La crisis obliga a hacer muchos apaños en la economía doméstica, y esos apaños tienen un gran aliado en los retales de toda la vida, que han recuperado clientela. Así lo cuenta Diego Bravo, titular de Retales Manolo, uno de los comercios más tradicionales. "Durante los últimos tiempos, la gente prefería comprar artículos ya confeccionadas para la casa, y ahora vuelven a sacar la caja de costura. Lo mismo ha ocurrido con los trajes más costosos: vienen a comprar lo necesario para darle un nuevo aire y aprovecharlos".

Es el caso de cortinas y estores. Más de un ciudadano prefiere ahorrarse costes haciéndolos en casa, previa visita a los telares. "Las nuevas generaciones han cambiado la máquina de coser por el ordenador, pero siempre hay alguna madre que ayuda", señala Diego Bravo. El último grito son los paneles japoneses, que parecen creados a la medida de la crisis: "Requieren poca tela, quedan elegantes y no necesitas saber coser", detalla. Además, el mercado ha creado nuevas soluciones como las cintas termoadhesivas para bajos de ropa y cortinas

Las reformas de trajes también aumentan. El cliente compra tela para un foulard a juego con la prenda, para un complemento o para darle un giro al diseño, y se ahorra otro modelo de cara a una boda o la Nochevieja. "Hemos recuperado esas ventas, pero también hay menos casas nuevas y por tanto menos gasto en decoración. Además, se nota mucho el fin de mes y la gente paga con tarjeta", concluye.