A las ocho de la mañana el goteo al Residencial Vistahermosa es menor que ayer. El ímpetu del primer día de la nueva desescalada ha bajado enteros en el segundo aunque las largas avenidas de este barrio en expansión siguen siendo lugar de peregrinación de decenas de corredores.

Hoy habría habido en Cáceres esa otra peregrinación, la que hubiera subido al santuario a la Cacereña Bonita. Era tradicional salir a correr con el equipo, esperar a la patrona en Fuente Concejo y luego comer con las madres, esas que nos han dado la vida. A la mía no la veo desde enero. Va para cinco meses y cada minuto que pasa más la echo de menos. Mi madre me ha llevado a todos los altares, quiero decir a los altares que han merecido la pena. Y como remendó mis pantalones, me compraba cromos de Vickie el Vikingo, me cogía naranjas, me desmenuzaba las granadas, me enseñaba las declinaciones de latín, me preparaba la leche con galletas, la ensaladilla rusa y soportó estoicamente aquel tormento del 'Eres alta y delgada' de las clases de flauta con don Fernando Mansilla, pues igual que nos pasa a todas y todos, la llevo a fuego en mi corazón.

No soy yo de celebrar los 'Días de': El día de los enamorados, el día de la mujer, el día LGTBI, el día del maestro, el día del niño, el día del médico, el día del libro... porque creo que todos los días debemos ser fieles al amor, garantizar la igualdad y frenar la violencia machista, luchar por la libertad sexual, defender una educación igualitaria, los derechos de la infancia, de la sanidad pública, de los libreros... Pero hay un día, el Día de la Madre, por el que siento una fe infinita.

De vuelta a casa, en la Ronda de San Francisco, Flores Juanvic hace reparto a domicilio de hermosos ramos de flores, todos son bonitos, los ramos de flores siempre son bonitos. Ya en Colón, a las puertas del estanco de Coque Sánchez, una larga cola espera su turno. Todos buscan El Periódico Extremadura, que hoy regala una taza con la imagen de la Virgen de la Montaña. He comprado dos: una es para mí, la otra para mi madre.