NACIDA EN CORDOBILLA DE LACARA (BADAJOZ). 38 AÑOS.

PROFESION PROFESORA DE SECUNDARIA. ES LICENCIADA EN ECONOMICAS Y EMPRESARIALES POR LA UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA.

TRAYECTORIA PERTENECIO A LA COMUNIDAD SEGLAR DE LA PRECIOSA SANGRE Y DESDE 1993 A PERSONAS.

Comprometida con el trabajo de cooperación desde más de una década, María Victoria Palomino es la nueva presidenta de la oenegé Personas. No le gusta la palabra solidaridad para definir la ayuda a los demás y prefiere utilizar el término dignidad. Con fuertes lazos en Perú y República Dominicana, habla sin tapujos de la necesidad de que las organizaciones no gubernamentales no se conviertan en grandes empresas y máquinas burocráticas.

--¿Qué le mueve a colaborar?

--Es el inconformismo. Aquí vivimos muy bien, pero soy consciente de que existe otra realidad. Las oenegés no somos la solución ni la panacea, pero hasta que no haya otra alternativa prefiero colaborar que quedarme cruzada de brazos.

--¿Cómo está de salud la solidaridad en nuestro entorno?

--A nivel privado nos crucifican a la mayoría de las oenegés. La gente tiene una reacción adversa, a diferencia de en nuestro ámbito . De puertas para fuera, la sociedad tiene un prejucio porque todo se comercia y, de hecho, las grandes oenegés se están convirtiendo en empresas. No sé si ese es el camino.

--¿Se puede contrarrestar?

--Desde una oenegé pequeña, muy mal. Las reuniones de la coordinadora nacional son a horas laborales, lo que favorece a las que tienen personas liberadas. Las pequeñas estamos prácticamente desapareciendo porque se están cargando el voluntariado. Nuestro objetivo es dar una alternativa a aquellas personas que están aquí con su vida cotidiana pero que, ante lo que vemos en el mundo, queremos hacer algo. Pero siempre tiene que ser desde un punto de vista voluntario y ese voluntariado se está perdiendo porque para todo hay proyectos y todo se subvenciona.

--No cree en la profesionalización de las oenegés...

--Para actuaciones grandes es posible que sea necesario, pero creo que es excesivo. El camino que se está tomando es excesivamente profesional. Posiblemente en ciertos campos haya necesidad de profesionales, pero estamos perdiendo el voluntariado. Nadie va a ir por caridad a hacer nada, siempre por un talón.

--Tienen proyectos en República Dominicana y Perú...

--También queremos tener en Paraguay. Ahora hemos parado la ayuda a Brasil porque nos lo han pedido y en Filipinas. La petición de Paraguay es para mujeres maltratadas y para niñas. El género femenino en muchos países está bajo cero en sus derechos. En Perú trabajamos en una zona de asentamientos cerca de la capital, donde cooperamos en un colegio de las hermanas del Sagrado Corazón, y con proyectos de infraestructuras en la provincia de Chachapoyas.

--¿Por qué apuestan por la educación?

--Hay que empezar por ahí. Hemos llevado luz y agua a muchos sitios, pero se necesita dar educación para formar. Nosotros no vamos a solucionar nada, sólo a darles una ayuda. La mejor es darles esa herramienta que es la educación para que se desarrollen.

--¿Participan los jóvenes?

--En Personas, no. La moda de las oenegés tuvo su boom y creo que ha remitido. En la nuestra la edad media es como la mía y no hay acercamiento de los jóvenes. Intuyo que el trabajo aquí es muy burocrático y muy pesado, no "vamos a ayudar a los negritos".

--¿Qué es lo más gratificante?

--Esa sensación de acogida es lo más admirable en Perú y República Dominicana, la forma de acogerte. Aquí no acogemos así. Sientes que te tienen como a su familia y eso es muy importante.