Tiene 26 años y dos hijos. Isaac es uno de los 15 alumnos que se está formando en el ciclo formativo de limpieza de superficies y mobiliario --impulsado por el ayuntamiento a través del IMAS con la colaboración de Liberbank--, impartido en la Escuela Extremeña para parados de larga duración residentes en el barrio de Aldea Moret.

Durante toda su vida, Isaac se había dedicado a la venta ambulante, hasta que ahora, cansado, está luchando por lograr una mejor oportunidad laboral. «Estoy harto de mi trabajo en mercadillos porque no veo futuro. Quiero tener algo en la vida el día de mañana», comenta a este diario. En su casa dicen estar encantados, «mi mujer está deseando que llegue para fregar», y sobre por qué se decantó por la limpieza, Isaac responde sin titubeos. «Esto nunca se va a acabar porque de limpiador siempre va a haber trabajo», añade.

Como él, otras ocho mujeres y seis hombres aprenden de lunes a viernes, de 9.00 a 14.00 horas, las técnicas de limpieza. «Se te hace ameno; nos están enseñando muchas cosas», apunta Alejandro, otro de los estudiantes. Él lleva dos años en paro, desde que perdió su puesto de trabajo como limpiador en el ayuntamiento. Ahí estuvo seis meses, ahora quiere volver a ponerse el mono de trabajo y, ¿por qué no?, servir de inspiración para otros jóvenes. «Lo hago porque quiero tener un título el día de mañana, pero igualmente quizá sirva de ejemplo para que otros chavales vean que es posible formarse; que hay opciones», revela.

La Escuela Extremeña, un centro de formación que nació a finales de 2005, forma a los 15 alumnos en las diferentes competencias relacionadas con la limpieza divididas en cuatro módulos. Así, los estudiantes, que arrancaron el ciclo formativo el pasado 12 de septiembre, han recibido lecciones sobre tratamiento y mantenimiento de suelos, paredes y techos en edificios y locales; limpieza del mobiliario interior; limpieza de cristales en edificios y locales; y, por último, técnicas y procedimientos de limpieza con utilización de maquinaria, uno de los mayores atractivos para los estudiantes. «Tenemos ganas de probar la hidrolimpiadora para los graffitis», remarca Manuel, que tiene 27 años y lleva casi dos años desempleado, desde que la empresa de pintura donde trabajaba quebró. Ahora estudia porque «la competencia sin ningún título es brutal», explica, y también para echar una mano en casa. «Mi madre está enferma, tiene cáncer, y una pensión mínima; hay que ayudar económicamente», desvela.

La falta de cualificación es una barrera de cara a encontrar trabajo y este proyecto integral de rehabilitación y revitalización social en Aldea Moret lo que pretende es ofrecer capacitación profesional y homologada a personas sin estudios primarios básicos. Además, durante el curso, los alumnos reciben una pequeña contraprestación económica de 300 euros. Finalizado ya el cuarto módulo, los estudiantes se encuentran ahora realizando otras 80 horas de prácticas no laborales, que concluirán el 17 de noviembre y están llevando a cabo en su barrio desde el 24 de octubre con la limpieza de zonas comunes en viviendas sociales, para completar las 230 horas requeridas para obtener el certificado de profesionalidad grado 1.

Los 15 estudiantes, que reciben ayuda del IMAS para costearse el desplazamiento en transporte público si no lo pueden pagar, recibieron recientemente la visita de la alcaldesa, Elena Nevado, que se congratuló de que estén participando en este curso formativo y remarcó la esperanza que guarda «en que nos vuelvan a financiar este proyecto, desde el gobierno regional o bien mediante empresas como Liberbank», para que se repitan iniciativas de esta índole.

«Lo más importante es que vais a tener un título que os vais a ganar con vuestro esfuerzo y estaréis habilitados para acceder al mercado de trabajo», anunció Nevado a los alumnos, a quienes les agradeció «el paso adelante» dado y les felicitó por «haber decidido emplear vuestro tiempo en formaros».