Había empezado la semana con una relajación inusitada hasta que me saltó en Facebook un pantallazo de la musa del peperío y su lema de campaña ‘Con cariño, Elena’. Es ciertamente desconcertante. No sé a quien se le habrá ocurrido ni quién anda detrás de esta frase. Es una opinión personal y, por lo tanto, absolutamente rebatible, pero, vamos, que a mí no me gusta la misiva por tres razones: la primera porque me parece pastelosa, la segunda porque no entiendo qué quiere decir exactamente, y la tercera y más importante, porque me recuerda a aquella película de ‘Cariño, he encogido a los niños’ en la que un científico desarrollaba una máquina que permitía encoger el tamaño de los objetos. Era de traca.

No contentos con eso, apareció un segundo pantallazo o lema (llámenlo como quieran) en las redes de la alcaldesa, y que decía así: ‘Me quedo contigo’. Y pensé, ¡¡¡Dios, como la canción de Los Chunguitos o la versión de Rosalía!!!!, ahora que está tan de moda Rosalía, aunque, sinceramente, me quedo con Los Chunguitos porque siempre los ponían en las verbenas de mi pueblo y a mí se me iban las palmas nada más empezar a escucharlos.

El tiempo dirá si la palabra ‘cariño’ es efectiva para un eslogan porque yo, qué quieren que les diga, confieso que de eslóganes prefiero no saber absolutamente nada. Pero vayamos al ‘Me quedo contigo’ y a ese paso triunfal de Rosalía por la gala de los Goya, celebrada en Sevilla. Allí, en la capital hispalense, vi con alegría al empresario cacereño Juanma Barral, de Marco Aldany, cadena de peluquería que se ha vuelto a ocupar del estilismo de la gran fiesta del cine español. Es el tercer año consecutivo que Juanma acude a la cita, lo hizo junto a Cecilia y Soraya, y posó con la influencer Mon_Rovi.

Ciertamente fue emocionantísima esa gala, en la que Jesús Vidal se llevó el premio Goya al mejor actor revelación por su papel en ‘Campeones’. El intérprete salió al escenario y pronunció un emotivo discurso por el que se llevó una gran ovación. Vidal se mostró especialmente agradecido por ser el primer actor con discapacidad en resultar premiado y dijo a la Academia: «No saben lo que han hecho. Me vienen a la cabeza tres palabras: inclusión, diversidad, visibilidad. ¡Qué emoción, muchísimas gracias!». Y todo esto justo la semana en la que Cáceres ha vuelto a convertirse en un gran plató de rodaje. Los protagonistas esta vez fueron el rapero El Langui y el actor Pablo Pineda, que grabaron un programa de gastronomía que se emitirá en Televisión Española.

Pineda es otro ejemplo de la importancia que tiene darle visibilidad a la inclusión. El actor fue galardonado con la ‘Concha de Plata’ al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2009 por su participación en la película ‘Yo, también’, en la que interpretaba el papel de un licenciado universitario con síndrome de down. De todas las imágenes me emocionó la que Fernanda Valdés, directora del Irish Fleadh, compartió en sulas redes con esta frase: ’Con Pablo hablamos un rato sobre inclusión, radicalismos desadaptados y varios tipos de luchas vitales’.

Analicé su mensaje y decidí celebrarlo en El Mesón del Jamón, de la avenida Virgen de Guadalupe, donde trabaja desde hace 37 años Francisco Naranjo Hurtado. Entonces me dije: «Currantes de los bares, con vosotros me quedo».