Apunto de cumplir la mayoría de edad, la Marcha por la Paz simbolizó un año más en Cáceres la unión de todas las confesiones por un mundo más justo. «La paz entre las personas supone y exige la paz con la tierra», arrancaba el manifiesto que se leyó ayer, elaborado por la Delegación de Relaciones Interconfesionales de la Diócesis de Coria-Cáceres que organiza junto a otras confesiones religiosas esta iniciativa desde hace 17 años (la Comunidad Islámica de Cáceres, la Iglesia Evangélica española de Mérida-Miajadas, la Comunidad Bahá’i de Extremadura y la Comunidad Budista ‘El Olivar del Buda), y que en esta ocasión tiene como lema ‘Tengamos la tierra en paz’.

Más de medio millar de personas, según los datos de la organización, participaron en la marcha que recorrió el paseo de Cánovas desde las 17.45 horas, con salida desde la estatua de Gabriel y Galán y portando varias pancartas en las que se hacía referencia a la paz. Al finalizar el recorrido se leyó un manifiesto común por la paz en árabe y castellano en el Quiosco de la Música.

cuidar y proteger/ La versión en árabe la leyó Karim Kerkau, de la conmunidad islámica de Cáceres, y el encargado de leer la versión en castellano fue Santiago Guillén, de la delegación de relaciones intercofesionales de la diócesis de Coria- Cáceres. El manifiesto apela a que la paz entre las personas requiere de la paz en la tierra, «y esto nos debe llevar a cuidar y a proteger la naturaleza; ya que cuidar de la naturaleza es también, cuidarnos a nosotros mismos». También hace referencia a la importancia de contribuir, a través de pequeños gestos cotidianos, a proteger el medioambiente y, de hecho, en la marcha de ayer muchos de los asistentes portaban vasos de plástico reutilizables como reivindicación de esas actitudes que contribuyen a proteger el entorno.

«Elegir la paz es colaborar con el delicado equilibrio de la naturaleza. Pequeños gestos, cada día, reduciendo el consumo excesivo, reutilizando en lugar de desechar, dando nuevo uso a los utensilios, aprendiendo a reciclar. Todo esto, también es elegir la paz», pronunció Guillén como colofón del manifiesto, tras el que los asistentes compartieron una taza de infusión «por la paz» en sus vasos reutilizables.