El menor que presuntamente fue violado por su tío hace seis años modificó ayer su versión en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Cáceres. El chico, que sufre un trastorno mental y vive en Francia en un centro de formación, lo desmiente ahora todo, declara que se lleva muy bien con el hermano de su madre y que fue su hermana quien le obligó a denunciar las agresiones sexuales, con la amenaza de que si decía lo contrario su madre se iba a morir. La fiscal considera culpable al acusado, por lo que solicita para él 13 años de prisión y el pago de 120.000 euros como indemnización. La defensa ha pedido la absolución por falta de pruebas.

El acusado, que negó los hechos, miró toda la vista atrás, donde estaba su sobrino, al que lanzó continuos besos y guiños.

El juicio ha quedado visto para sentencia. Los hechos ocurrieron en el 2000, cuando la supuesta víctima, que tenía 8 años, pasaba una semana de vacaciones en un pueblo cacereño, que no se concretado por salvaguardar la identidad del menor.

La víctima había llegado a él desde Francia, donde reside junto a su madre y una hermana, ya que sus padres están separados.

En el 2001, la hermana de la víctima informó a una educadora del centro en el que estudia, que su hermano había sido agredido sexualmente por su tío. Declaró a la policía francesa que durante la siesta entró en la habitación de matrimonio de sus abuelos, ya que vacacionaba en su casa, y vio a su tío "tocando el sexo" de su hermano y que no dejó de hacerlo a pesar de estar ella presente. El niño declaró lo mismo ante la policía francesa e incluso dijo que su tío le penetró haciéndole daño en el ano.

Sin embargo, la presunta víctima, que ahora tiene 15 años, lo desmintió todo ayer y dijo que ahora no tiene relación con su hermana porque desde pequeño se ha portado mal con él. Su hermana dijo que la relación con su hermano era buena e insistió en la veracidad de los hechos.

La madre, la abuela, el abuelo y un tío maternos coincidieron en que la niña es una mentirosa compulsiva y muy rebelde.

El padre aseguró que su hija no es mentirosa y que vio que su hijo entraba en la habitación de los abuelos con el tío.

Además de las contradicciones de los testigos, también las hubo a la hora de interpretar las pruebas periciales por parte del fiscal y del abogado de la defensa. La fiscal aseguró que hay pruebas que incriminan al acusado, como un informe psicológico que señala que el chico sufría amnesia cuando era preguntado sobre los hechos, algo característico de estos casos.

La defensa consideró que no han quedado acreditados los hechos y dijo que el chico tiene ahora comportamientos exhibicionistas y de tocamientos con otros compañeros.