El profesor universitario David Cerro Herrero se llevó ayer una desagradable sorpresa cuando se disponía a recoger su bicicleta para ir a buscar a su hijo al colegio y la encontró embadurnada de excrementos de perro: el sillín, el manillar y hasta la sillita de bebé trasera estaban llenas de cagadas. La bici se encontraba aparcada en el portal del céntrico Edificio Plaza de Europa, donde reside, en la avenida Virgen de Guadalupe. Cerro explica que el pasado lunes afeó a una persona que tirara en el suelo una colilla; acto seguido escribió en las redes sociales el siguiente mensaje: «Los vecinos de portal, ingenieros y abogados trajeados, pero en el fondo cerdos que no les importa llenar el portal de colillas a pesar de ver que los niños juegan aquí».

A juicio de este profesor de la Escuela de Formación del Profesorado y responsable de la firma deportiva Soluciones Wellnes, o bien podría tratarse de una represalia por su queja sobre las colillas o simplemente de un acto incívico.

«Aparco la bici en el portal todos los días y nunca me ha pasado algo semejante», lamenta David Cerro, quien tras lo sucedido llevó la bicicleta a la gasolinera Temis y a fuerza de agua a presión la dejó libre de mierdas.