La cárcel vieja de Cáceres pasará a pertenecer al ayuntamiento en poco tiempo. El Ministerio de Interior agiliza ya los trámites para que el inmueble, cerrado desde el año 2000, pertenezca al gobierno local, que será quien decida qué se hará con él en el futuro. "Quien tiene que hablar sobre la cárcel vieja es la administración local. El ministerio ya realiza los trámites administrativos para cambiar la propiedad. Es cuestión de poco tiempo, pero el titular ya es el Ayuntamiento de Cáceres", aseguraron fuentes cercanas al gobierno central.

La idea es rehabilitar el edificio y destinarlo a usos culturales, una iniciativa que ha sido defendida por todos los partidos políticos, encabezados por los socialistas. Pero el problema para hacer efectiva esta alternativa es un convenio firmado entre el ayuntamiento y el Estado en el año 92, que contemplaba el derribo de la cárcel y la ejecución de un centenar de pisos con un jardín exterior que los distanciase de la avenida Héroes de Baler. "El convenio aún no se ha roto, por lo que primero tendremos que sentarnos con el ministerio y renegociar. No sabemos cuales son sus intenciones, así que de momento no podemos hacer nada", explicó la alcaldesa de Cáceres, Carmen Heras, que incidió en que la rehabilitación del edificio es complicada en estos momentos por la crisis, "habría que buscar financiación", dijo.

EN SAN BLAS Héroes de Baler vio nacer a Cáceres I hace 70 años. Corrían los años 30 cuando esta prisión se levantó en lo que por aquel entonces llamaban afueras de San Blas . España vivía la Segunda República y se encontraba inmersa en un gran declive económico tras pasar la Crisis de 1929. Con todo esto, en Cáceres, gobernada por Antonio Canales, por fin se aprueba la construcción de una nueva cárcel, porque la que entonces se denominaba antigua --situada en la plaza de la Audiencia-- estaba desprovista de las condiciones más esenciales de salubridad, higiene, capacidad y seguridad.

145 PRESOS Cáceres I se ejecutó tras aprobarse en pleno la compra de las tres hectáreas que medía el terreno por 4.500 pesetas. El arquitecto encargado de su construcción fue José Luis Aranguren y el inmueble costó a las arcas municipales más de 2.700.000 pesetas. Tenía capacidad para 145 presos --130 hombres y 15 mujeres-- de diversa índole: procesados por delitos políticos, dependientes del gobierno civil o en cumplimiento de condena correccional.

La idea de rehabilitar las cárceles en España es bastante común. En Salamanca, por ejemplo, el antiguo centro penitenciario fue transformado en un centro de arte moderno en el año 2002. De hecho fue una de las infraestructuras estrella para obtener el título de capital europea de la cultura. Se trata de un espacio de 8.515 metros cuadrados y su reforma costó algo más de 7.000.000 euros. Mantiene la imagen histórica del edificio en la fachada, aunque se ha remodelado buena parte de su estructura. Algo parecido se hará con Cáceres I, aunque el proyecto aún no ha visto la luz.