En el geoparque fue un incendio provocado, en Los Barruecos el uso indebido del espacio y en Monfragüe una propuesta para repoblar con pinos. Los tres espacios se vieron amenazados por la mano del hombre y fue la movilización ciudadana en todos los casos la que permitió que fueran finalmente reconocidos como zonas de especial conservación por su valor natural. Con estos tres parajes, que ahora cuentan con figuras de protección ambiental, comparan los colectivos ecologistas la situación que vive la Sierra de la Mosca con la mina de litio. «En todas esas iniciativas siempre ha habido una adhesión ciudadana y en el caso de Cáceres la mina pretende destrozar la sierra entera», según destaca en ese sentido Santiago Márquez, uno de los portavoces de la plataforma ciudadana que aglutina a más de 40 colectivos y que defiende que la Montaña sea reconocida como Paisaje Protegido.

En cuanto a los antecedentes en la región solo dos espacios ostentan en la actualidad esa figura de protección. El primero es el del monte Valcorchero en Plasencia y el segundo el de El Castañar en Hervás. En el primer caso se declaró Paisaje Protegido el espacio en un decreto del 12 de abril de 2005 que se modificó en 2012 y se aludió a «sus impresionantes alcornocales y la singularidad de sus afloraciones graníticas» y a «su singularidad y alto valor estético». Más reciente es el nombramiento de El Castañar gallego en Hervás. Fue en 2015 cuando la Junta de Extremadura decidió reconocer el espacio «por ser una de las mejores formaciones de castaño cuyos valores estéticos y culturales se unen a un extenso catálogo de valores naturales y representar uno de los montes de castaño mejor conservados del sur peninsular». G. g.