Anoche empezó a correr como la pólvora en las redes sociales este mensaje: "Buenas noches. Me siento en la obligación de comunicaros, para vuestro información y claridad, que en las redes sociales, y a través de WhatsApp, aparecen llamadas a la solidaridad para con algunos conventos de religiosas de clausuras de nuestra diócesis, concretamente las Monjas Jerónimas de Cáceres y de Garrovillas y las Clarisas de San Pablo, porque según esas informaciones "les hace falta para comer" y quieren ayudarles a la venta de dulces para paliar esta situación. Os informo que estas informaciones no coinciden con la realidad y que desde el Obispado, tanto yo como Administrador Diocesano y algunos compañeros más, estamos en continuo contacto con las religiosas ofreciendo nuestra ayuda y acompañamiento en este tiempo de confinamiento. Con frecuencia les llamo por teléfono para preguntar si hay alguna necesidad y, además he ido a visitar a algunas de sus casas para celebrarles la Santa Misa e intercambiar impresiones sobre su situación. Les hemos ofrecido, incluso, la posibilidad de que, durante este confinamiento, algunos cofrades voluntarios pueden ayudarles a la venta de dulces y ellos mismos se encargarían de llevarlos a las casas, a lo que han accedido gustosamente, pero no porque tengan grandes necesidades".

Las propias monjas lo han desmentido, al igual que el obispado. "Gracias a Dios tenemos para comer", han dicho también desde el convento de Las Clarisas. Lo que si está en marcha es una campaña de reparto de dulces que con ayuda de voluntarios realizarán tanto las Jerónimas como las religiosas de San Pablo a partir de este lunes.