El área de salud de Cáceres es la más castigada por la pandemia y donde se concentra casi la mitad de los contagios de toda la región. El avance de la enfermedad fue tan rápido que en unos días se llenó el hospital San Pedro de Alcántara, centro de referencia para los enfermos de coronavirus en la capital cacereña. Hubo que reorganizarlo todo y trasladar servicios al Universitario para dejar camas libres (se llevaron Cardiología y Neurología). El objetivo era contar con un hospital libre de coronavirus, el Universitario, y con otro para los enfermos de covid, que era el San Pedro. En este último hay actualmente cinco plantas destinadas a pacientes positivos, pero hubo un momento en el que esto tampoco fue suficiente. Se superaron los 200 ingresos y seguían llegando más.

Aquí es donde entró en juego el hospital Nuestra Señora de la Montaña. Comenzó a prepararse el 22 de marzo, solo ocho días después de que se declarase el estado de alarma. Y se sometió en una limpieza exhaustiva, ya que el edificio llevaba cerrado cinco meses. En un principio se preparó solo la segunda planta y hasta allí se trasladaron las camas que había en este mismo hospital antes de que cerrara y que estaban almacenadas en el Universitario. Cuando salieron del Provincial su destino eran otras áreas de salud de la región que las habían solicitado porque se encuentran en buen estado. En cambio esta opción, de momento, se ha descartado. Han vuelto a su lugar de origen.

Mantenimiento y limpieza (muchos de ellos de forma voluntaria) necesitaron solo dos días para su puesta a punto porque el 24 de marzo llegaron los primeros 17 ingresos. Desde la Junta de Extremadura se han referido a este centro como «el Ifema extremeño», pero lo cierto es que la asistencia que allí se presta dista mucho de la que ofrece el hospital que la Unidad Militar de Emergencias levantó en Madrid también en 48 horas. Y no por la calidad de médicos, enfermeros y auxiliares, que se dejan la piel, sino por los servicios puestos a disposición de este centro.

Al Nuestra Señora de la Montaña, según las informaciones de la Consejería de Sanidad, solo se iban a trasladar aquellos pacientes con un pronóstico no grave (también llegan enfermos con pronóstico grave pero que por sus circunstancias no pueden ser derivados a la UCI). La razón no es otra que porque en este complejo no existen los servicios necesarios para atender a una persona en estado crítico. Carece de Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), de Unidad de Cuidados Respiratorios Intermedios (UCRI), de laboratorio o de quirófanos.

Radiodiagnóstico portátil

Radiodiagnóstico portátilEn un principio ni siquiera contaba con servicio de radiología. Fue el colegio de veterinarios el que cedió un equipo de radiodiagnóstico portátil a este hospital, que comenzó a usarse a principios de abril. Era algo necesario ya que, para poder dar altas, primero había que realizar una radiografía a los pacientes para comprobar que habían superado la neumonía. Hasta entonces los enfermos tenían que ser trasladados al San Pedro de Alcántara para someterse a esta prueba de rayos x. En Ifema hay camas de UCI, laboratorios y radiología, este último servicio también portátil.

Que no se pueda comparar con el hospital de campaña madrileño no significa que el hospital Nuestra Señora de la Montaña no haya cumplido con la función para la que fue abierto: mantener el hospital Universitario de Cáceres libre de covid-19 y aliviar la carga asistencial del San Pedro de Alcántara. Desde que abriera ha tenido 132 ingresos en total, aunque allí el máximo de pacientes hospitalizados en un día nunca superó los 60. De hecho, tal y como aclara el Servicio Extremeño de Salud (SES), se prepararon las dos plantas para que hubiera disponibles hasta 200 camas pero hasta ahora no ha sido necesario utilizar la primera (solo ha funcionado la segunda). Ya ha dado 56 altas.

En estos momentos quedan en este complejo 18 personas ingresadas. Al principio estaba atendido por ocho especialistas, entre internistas, geriatras y atención primaria (algunos de ellos voluntarios) y por más de 40 enfermeros y Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería (Tecaes). El personal se irá adaptando según el número de pacientes que vaya teniendo el hospital pero hay una cosa clara: Se va a mantener abierto al menos hasta el mes de octubre, para poder contar con el número suficiente de camas disponibles en caso de que llegue otro repunte. Podrá cerrar sus puertas si llega un día en que no haya ningún ingreso pero la maquinaria se mantendrá operativa para volver abrir si se necesita durante la desescalada.