Esto del nacionalismo es una de las tontunas más grandes que uno puede escuchar. Que yo sepa, uno nace en un lugar sin haber hecho ningún mérito para ello de manera que no encuentro razón alguna para sentirse orgulloso de ello. Podrá estar contento y satisfecho por haber nacido en un lugar pues no es lo mismo nacer en España que nacer en Haití pero orgulloso... Por otra parte tratan de justificarlo asegurando que es un sentimiento, sin embargo eso no significa nada pues el odio es también un sentimiento y no es lo mismo odiar el crimen que odiar la solidaridad. Cada cual puede sentirse lo que quiera pues tengo entendido que uno de los enanitos de Blancanieves se sentía pívot de la NBA. ¿ Y qué? Y si el nacionalismo es una tontuna ya me dirán lo que es tratar de combatir el nacionalismo con otro nacionalismo porque las consecuencias son desastrosas.

Vean el ejemplo del boicot a los productos catalanes, que no es otra cosa que una exacerbada respuesta de un nacionalismo a otro nacionalismo pues resulta que te sale un pariente de Miajadas para decirte que le haces polvo ya que dejará de vender tomates. Claro que el boicot tiene sus límites porque si tienes una deficiencia en la visión y no encuentras solución en Cáceres ni en Madrid estoy seguro de que acudirás a Barraquer por muy nacionalista catalán que sea, si es que lo es, cosa que ignoro, y no digamos si algún banco catalán te garantiza una mayor rentabilidad para tus ahorros, pues si no lo haces no eres un patriota sino un imbécil.

Desde la transición se ha fomentado el sentido de pertenencia regionalista, y no digamos sus símbolos, pero no el nacional. La bandera española ondea gracias al fútbol mientras las autonómicas lucen en las espaldas y el cuello de muchos diariamente en cualquier festividad. La fiesta nacional parece patrimonio del Ejército y los radicales de derecha. Los presidentes de las comunidades autónomas se han querido convertir en jefes de su estado, con su tele, sus museos, sus orquestas, su prensa, y así se puede construir una aldea pero no una nación.