Los cacereños no solo exportan fruta en cantidades millonarias… también la consumen. Tras la debacle que han supuesto los tiempos de crisis en todos los sentidos, la ciudad vuelve a demandar «mucha más fruta que en los últimos años. La ingesta va en aumento porque la calidad de vida ha subido y porque todo el mundo es consciente de sus beneficios para la salud», explica Álvaro Derecho, administrador de Frutas Derecho, uno de los principales almacenes que surten a la provincia con dos grandes plantas en Cáceres y Plasencia, en las que trabajan más de medio centenar de empleados.

Esta sociedad dispensa unos 9 millones de kilos de frutas y verduras al año. Solo desde la nave de Cáceres se reparten unos 300 pedidos diarios, la gran mayoría a establecimientos de hostelería, tiendas de alimentación y multitiendas (las grandes cadenas del sector de la distribución tienen sus propios canales de productos frescos). La fruta más demandada es sin duda la naranja, la reina de las mesas cacereñas. «Vendemos en torno a 900.000 kilos anuales. Gusta mucho, tiene una gran tradición», indica Álvaro Derecho, miembro de una larga saga que comenzó en los años 40 con un primer almacén en Plasencia fundado por sus abuelos. La naranja llega a Cáceres principalmente desde Andalucía, «que se ha convertido en la mayor productora del país». Por supuesto también viene de Valencia y en verano de Suráfrica o Brasil, porque se toma a lo largo del año al tratarse de la fruta preferida en toda España.

Le siguen la manzana y el plátano, cuyo consumo se reduce a la tercera parte de la naranja. «Las manzanas vienen en su mayoría de Lérida, que tiene una producción muy alta, y el plátano lo traemos siempre de Canarias, vía Puerto de Sevilla. Lo maduramos en las cámaras alrededor de 4 a 5 días antes de la venta», detalla el profesional. En cambio, la banana tiene una escasa demanda.

Otras frutas proceden del Mercado Central de Madrid, auténtica plataforma de distribución, hasta donde llegan los productos nacionales e importados. Pero además Cáceres se deleita con sus propias variedades. «En general Extremadura se ha convertido en una potencia en fruta de hueso, la ciruela es muy solicitada, también la nectarina y el melocotón. Por supuesto las cerezas, el melón y la sandía», destaca Álvaro Derecho.

Es cierto que ahora se come más fruta. En Cáceres ha crecido considerablemente el número de suministradores, aunque «la exigencia de calidad» de los ciudadanos ha bajado. «Antes se comían mejores piezas, pero con la crisis llegaron otros calibres y calidades más bajas que previamente no se trabajaban en la ciudad, y se han quedado, o de momento se siguen demandando», lamenta Álvaro Derecho. Él afirma convencido que la fruta no sale cara, el problema es que mucha gente compra más de la que necesita, es un producto que no siempre se calcula bien y se acaba tirando, y así sale cara».

Todos los consejos de salud animan a consumir cinco raciones de fruta por jornada. «En Extremadura estamos aproximadamente en la mitad de la tabla de las comunidades autónomas, con una ración y media de fruta al día y otro tanto de verdura. En el norte de España comen más. Entiendo que resulta complicado llegar a cinco raciones, tengo niños y lo sé, pero es bueno intentarlo», afirma. El sector que sí está aumentando significativamente la petición de frutas y verduras es la hostelería, «con mucho tirón en Cáceres», porque no solo acuden los viajeros, también los cacereños para disfrutar del ocio a la mesa.