El gerente de El Corregidor estaba ayer más que satisfecho: "Hemos tenido una mañana fantástica, y lo más interesante es que mucha gente que ha venido a la hora de las cañas ha decidido quedarse al restaurante. La idea funciona". Su negocio forma parte del grupo de 20 establecimientos que han organizado las segundas jornadas de la tapa en el casco viejo, esta vez dedicadas a las joyas gastronómicas del otoño: caza y setas. Iniciadas el jueves, llegarán hoy a su fin con miles y miles de miniplatos muy imaginativos servidos al público.

El Corregidor vendió 200 tapas el viernes y ayer a mediodía ya había agotado las previstas, de modo que tuvo que preparar más. Torre de Sande sirvió ayer otras 350 unidades y su chef, César Ráez, elogió la iniciativa: "Tendremos que seguir repitiéndola si cosecha este éxito, siempre con el fin de hacer un casco viejo más visitable, festivo y con el brío turístico que merece", dijo. El Mesón San Juan estaba "a tope" y también registró mayor afluencia de la habitual, atraída por la oferta. Algún otro negocio no había notado tanto tirón , pero lo esperaba a lo largo del día.

Cada local ofrece dos tapas (cada una a 2 euros), por ejemplo lasaña de setas, pichón, conejo con castañas, pleurotus rebozados o picada de setas con jabalí.