Cada año fallecen en Cáceres entre 500 y 600 personas. El cementerio solo dispone de un último pabellón funerario con 250 nichos que ha comenzado a ocuparse y que estará completo en unos meses. No hay más espacio. De ahí la importancia de las obras que se acometen con urgencia para la ampliación del recinto, cuya primera fase permitirá disponer de 424 sepulturas desde junio. Así lo confirmó ayer el edil de Infraestructuras, Miguel López, recordando que la parte nueva del camposanto ocupará un total de 17.695 metros cuadrados y albergará alrededor de 5.000 sepulturas con un coste en torno a 7 millones de euros. El proyecto, original y novedoso, con tejados de hierba, balsas de agua y Bosque de la Memoria , se acometerá por fases.

La primera está financiada con 1,4 millones de euros y es la más costosa del Plan E. La empresa adjudicataria, Senpa, ha tenido que mover 13.000 metros cúbicos de tierra y ya ha concluido los accesos a la zona (entradas, conexiones, rampas...), completamente adecuados a los discapacitados. También ha levantado tres de los seis pabellones funerarios previstos y está finalizando el hormigonado. "Faltan por concluir la mitad de las sepulturas, los muros, las conducciones (abastecimiento, riego, electricidad...), la pavimentación y la jardinería", detalla el concejal. Los trabajos, que marchan conforme a los plazos del proyecto, estarán listos en junio.

"Queremos dejar claro que, una vez terminada la primera fase, la zona va a dar sensación de obra inacabada. Los alzados por ejemplo no estarán, salvo el principal, que será el nuevo acceso por la avenida Cordel de Merinas. Hablamos de una actuación costosa que debe hacerse progresivamente, y damos prioridad a las sepulturas", explica Miguel López. No obstante, los nichos que se vayan concluyendo tendrán sus muros de protección (provisionales o no) para separarlos de la obra, salvaguardarlos y asegurarles dignidad y estética.

Cuando todo el recinto esté listo (a largo plazo), Cáceres contará con un cementerio de casi 55.000 metros cuadrados. La parte ampliada responderá a un nuevo concepto más acogedor y abierto, con un bosque formado por árboles que brotarán de las urnas ecológicas de cenizas enterradas con semillas. Habrá láminas de agua donde también podrán diluirse, y una loma para esparcirlas. Los pabellones de nichos tendrán espacios internos a modo de pequeñas plazas y tejados cubiertos de plantas del género stipas , con largas hojas que se mecen con el viento. Su imagen desde la distancia distará mucho de los tejados lúgubres de los pabellones. Además habrá tumbas en el suelo en áreas verdes y columbarios.

El recinto tendrá horno crematorio, un edificio administrativo, una nueva entrada y calles amplias para peatones y vehículos. El proyecto incluye numerosas zonas ajardinadas, pérgolas vegetales, árboles y fuentes.