Desde los bifaces paleolíticos más antiguos que se han encontrado en la cueva de Santa Ana, hasta la que será probablemente la mayor exposición de candiles del país. La profunda intervención que se llevará a cabo en el Museo de Cáceres permitirá renovar los fondos expuestos y sacar a la luz diversas piezas que han ingresado en los últimos años pero que permanecen ocultas al público, bien porque no tienen espacio o bien porque el actual discurso del museo no las justifica. "Algunas tampoco se muestran por su mal estado, pero ya se ha iniciado un programa paralelo de restauración", explica el director, Juan Valadés.

La renovación también obligará a retirar algunas obras de la exposición permanente a los almacenes, "pero así debe ocurrir en todos los museos", subraya el responsable.

Las novedades comenzarán por la sección de arqueología, que incorporará los hallazgos del Calerizo, especialmente industria lítica de Santa Ana formada por piezas pleistocenas que son las más antiguas descubiertas en la región de forma contextualizada, es decir, en cueva, no en terrazas de río arrastradas por el agua y fuera de su contexto arqueológico. Se trata de bifaces, cantos trabajados o triedros procedentes también del yacimiento Vendimia (Malpartida de Cáceres).

En plena restauración

Por otra parte, el museo restaura actualmente varios útiles agrícolas de la II Edad del Hierro localizados en las intervenciones en la Vía de la Plata, "un tipo de piezas que apenas tenemos expuestas", precisa Valadés.

De la época romana se incorporarán monedas y sobre todo tres mosaicos (habrá una sala en exclusiva para ellos). Fueron hallados en el yacimiento Torre Albarragena (Valencia de Alcántara) y en la villa del Olivar del Centeno (Millanes de la Mata). Están datados entre los siglos I y III d. C.

El museo también expondrá un cancel visigodo de mármol (elemento situado junto al presbiterio de las iglesias), adquirido recientemente y ya restaurado. Procede de Montánchez y destaca por su trabajo escultórico.

Asimismo, se sacará a la luz un torques de oro hallado en Acehúche, de la Edad del Bronce. Según muchos investigadores no solo tenían valor ornamental, sino el de su propio peso, por lo que estos collares formaban parte de los ajuares funerarios.

La sección de etnografía también se enriquecerá con uno de los mejores conjuntos españoles de candiles (siglos XVII-XX), formado por 300 piezas adquiridas hace cinco años a los coleccionistas particulares Emilio y Demetrio González Núñez. Paralelamente se renovará la muestra permanente de indumentaria tradicional (algunos elementos están obsoletos), con vestimentas de municipios cacereños como Torrejoncillo, Arroyo de la Luz o Trujillo.