El proyecto de la cantera no estará exento de polémica. No es sólo porque limite la competencia municipal en la ordenación de su territorio, ya que los Pir se inician y se terminan en la Junta, sino por el espacio donde se interviene, en las estribaciones de la Montaña, y porque con sus 4.900 viviendas trastoca el nuevo plan general de urbanismo cuando todavía no tiene aprobación definitiva, además el aprovechamiento medio (rendimiento urbanístico que los propietarios sacarán a su terreno) es mayor que en las zonas colindantes, aunque en la cantera todos los pisos tienen precio tasado por la administración.

Parte de este nuevo residencial se desarrollará en suelo que es urbanizable en el plan de urbanismo en vigor, aunque con una densidad que ahora es sólo de 1,5 vivienda por hectárea, pero el nuevo plan de urbanismo transforma todo este suelo en no urbanizable y lo protege por estar en la Montaña. Los Pir se pueden desarrollar al margen del planeamiento local, aunque una de las críticas que recibe el proyecto es que se esté ante otro Residencial Universidad.