Todo parece estar más tranquilo de lo normal, las noticias que nos llegan son esperanzadoras, la bolsa española roza máximos y hay una extraña calma general, que no hace sino provocar que nuestro recelo se atenúe. Al igual que en una casa llena de niños, un silencio prolongado hace sospechar que algo malo ocurre, estos días de sosiego y desdén parece -en nuestro subconsciente- que no vaticinan nada bueno.

No quiero ser "mala agorera", simplemente me hago eco de un sentimiento generalizado de incertidumbre -más pesimista que optimista- hacia un futuro no muy lejano. Quizás esto no es nada más que el ojo del huracán de una crisis que tiene intención de prolongarse muchos más años. O tal vez, estemos vislumbrando el principio del final de una recesión económica que se acomodó en nuestros hogares, vació nuestros bolsillos y, nos hizo vivir noches de insomnio, y días de desempleo.

Evidentemente todavía es pronto para afirmar que el periodo actual corresponde a uno o a otro caso, y aunque en el fondo sabemos que lo más probable sea que esta etapa obedezca al primer planteamiento, no nos queda sino la esperanza de que el segundo de ellos se produzca pronto.

En este periodo de calma, al consultar la fecha en la que vivimos -normalmente para organizar facturas pendientes-, observamos incrédulos que el otoño ya se ha instalado oficialmente en nuestro almanaque. Es posible que las temperaturas nos confundiesen al ser propiamente veraniegas, excesivas para estas fechas, pero ya sabemos que ésta nuestra tierra extremeña tiene estas singularidades climatológicas De igual modo que advertimos sorprendidos este fenómeno, contemplamos cómo el mes de octubre se avecina, sin que hayamos disfrutado de un septiembre propiamente dicho.

Eso sí, en breve, las hojas caducas teñidas de sol cubrirán nuestro paso, y entonces -sólo entonces- seremos conscientes de que la estación que precede al invierno efectivamente se encuentra ante nosotros. Y probablemente para entonces, ya habremos averiguado si este periodo de incertidumbre se trataba de un paso hacia la recuperación económica, o si tan solo era uno de los ojos del huracán que previsiblemente tendremos a lo largo de los años venideros.