Una ola de robos en el comercio dispara la alarma en la zona centro. Sólo en la última semana, seis establecimientos han recibido la visita de los ladrones durante la madrugada, en especial en calles que han sido peatonalizadas recientemente por el ayuntamiento.

Es el caso de Roso de Luna, donde se han producido tres robos en los establecimientos de bisutería Majid, regalos Zahorí y una tienda de artículos de todo a cien. El resto se han producido en la zapatería Karpu, situada en la calle Paneras; en la Casina Hurdana, en Sánchez Garrido, y en un restaurante de comida turca en la calle de la Cruz.

El modus operandi de los ladrones ha sido el mismo en todas las ocasiones: rompen las rejas de los locales, quitan cristales de los escaparates y buscan dinero en efectivo. Sólo en algunas ocasiones, explican los afectados, han llegado a llevarse otros efectos aunque no es lo habitual.

Uno de ellos, Pedro Ollero, propietario de Zahorí, aseguró que el montante de lo robado en su establecimiento ascendió a 150 euros (25.000 pesetas). "Han venido sólo a por el dinero", dijo el responsable de este establecimiento que ha sufrido cinco robos en los últimos cuatro años. Ollero denunció la "falta de seguridad" en la zona centro y reclamó mayor presencia policial para evitar más incidentes.

En este sentido, indicó que los comerciantes se sienten "totalmente desprotegidos" y señaló que la peatonalización de Roso de Luna puede estar favoreciendo este tipo de hechos delictivos al no circular ningún coche por la calle durante la madrugada.

LOS OTROS AFECTADOS Por su parte, Almudena Corbacho, empleada de la Casina Hurdana, dijo que los ladrones se llevaron 300 euros (50.000 pesetas) en la madrugada del pasado lunes, además de un jamón y otros efectos. Consiguieron quitar un cristal del escaparate y penetrar en esta tienda dedicada a a la venta de productos de alimentación tradicionales.

Esta responsable añadió que "se han debido tomar su tiempo porque incluso dejaron el cristal apoyado en la pared y colocaron a un lado las botellas de vino que había en el escaparate". Hasta el pasado lunes, este negocio situado junto a la Gran Vía no había sufrido ningún robo de estas características.

La psicosis de que se repitan los mismos sucesos en el futuro mantiene en alerta a los empresarios de la zona centro, quienes llegan a afirmar que "no existe seguridad ninguna" y que la presencia de la policía es "inexistente" en horario nocturno.