En la subida del Adarve desde el Arco de la Estrella a la izquierda, dentro del recinto monumental de Cáceres en la Plaza de los Caldereros, antiguamente llamada de los Sumideros, encontramos el Palacio de la Generala. El nombre proviene de Don Vicente Francisco de Ovando y Rol, I Marqués de Camarena la Real, Alférez Mayor y Regidor Perpetuo de la Villa, que se integró en la Guardia de Corps y luchó en las campañas de Orán, Nápoles, etc. En 1753 se casó con Doña María Cayetana Vicenta de Ovando Calderón, V Vizcondesa de Peñaparda de Flores, viviendo en esta casa que el pueblo empezó a llamar de ‘La Generala’ por la alta graduación militar de su marido que fue Teniente General, Brigadier de los Ejércitos Reales, Comandante General de Extremadura, etc., al que sobrevivió veintiún años.

Se trata de una casa fuerte que en su momento fue la casa solariega de la familia Monroy. Fernando de Monroy y su mujer, Marina Fernández de Carvajal, se la vendieron en el año 1526 a D. Vicente Francisco de Ovando, Señor de la Argüijuela de Abajo. Fue residencia del Alférez Mayor y sede del Ayuntamiento entre 1860 y 1869, año en el que se inauguró el actual edificio. Después de un penoso abandono lo adquirió el Obispado de la Diócesis de Coria-Cáceres, lo reformó para ubicar los sindicatos católicos (Acción Católica) y en el año 1923 se instaló El Periódico Extremadura. Las últimas transformaciones de esta casa-fuerte, con una profunda reforma en su interior, han sido para adaptarla a Facultad de Derecho de la Universidad de Extremadura, hasta 1995 en que esta se marchó al Campus Universitario y en la actualidad acoge algunos servicios del Rectorado de la Universidad de Extremadura.

Es un edificio gótico, la traza general es del siglo XV y a mediados del siglo XVI se reformó construyéndose la fachada que vemos en la actualidad. Es un palacio grandioso, espectacular en sus dimensiones, aunque alterado por ventanas y blasones, construidos de forma arbitraria, sin consideración para el estilo de la casa. Lo más genuino es su fachada que tiene una portada de arco de medio punto con grandes dovelas, sobre la cual se alzan dos escudos de las familias Ovando-Mogollón a los laterales de un ventanal, del siglo XV. Por encima de ellos, un alfiz da paso a un matacán robusto semicircular con aspilleras en forma de cruz, sujetado por tres ménsulas.