Hace un tiempo que fuimos a Algeciras a por la patera. Fue un lunes, día 2 de noviembre del 2006. Desde entonces, todo lo acontecido en torno a la obra artística que es la patera de la esperanza ha sido una aventura inesperada y no deseada por algunos. Pero así se escribe la historia. Se avergonzaron de exhibirla en público en la plaza de las Veletas, sin razón ni fundamento y faltando a la libertad de expresión. Gracias a la acogida del Museo de Cáceres, se pudo exponer en sus jardines.

También se expuso en el portal de internet ebay.es en una subasta benéfica, con una salida módica de 1.500 euros, lo que costaba el traslado de la patera al destino del comprador. Pero tampoco resultó.

Se presentó la alternativa de ofrecerla al Ayuntamiento de Talayuela. El alcalde, José Moreno, muy interesado, la visitó en el museo e hizo la gestión para colocarla en el parque natural del pueblo. En unos días fuimos a visitar dicho lugar, el cual nos agradó. Pero a última hora, la propuesta de José Moreno se fue al traste y seguimos sin solución.

La humilde patera pretendió ascender a lo más alto y colocarse en el Museo Marítimo de Barcelona. El carpetazo fue eminente.

Ha sido despreciada por todos, cuando debía constituir un recuerdo y homenaje a tantos inmigrantes que han llegado a nuestras costas en una peligrosa travesía. Todos sabemos, y las estadísticas lo confirman, que gracias a ellos la prosperidad y el progreso han surgido en nuestro país. La patera también es un símbolo de esperanza para muchos inmigrantes, y un homenaje para aquellos que buscan una vida mejor.

Ahora, la patera ha quedado castigada en un cuarto oscuro, como una niña mala. La patera de la esperanza, con tanto trajín, ahora bien podría llamarse la peregrina. Tengo confianza en que la historia la rescate y la coloque donde se merece.

Tengo que agradecer principalmente a tres personas que han apostado por la patera: Migue Segura, coordinador de la Cruz Roja de Algeciras; Juan Valadés, director del Museo de Cáceres; y José Moreno, alcalde de Talayuela. También hemos de agradecer a los profesionales de grúas Parra, que con tanta pericia y profesionalidad han realizado su trabajo.

Esto no me desanima y no dejaré de luchar en lo que creo y en mi trabajo artístico. Desde febrero de este año estoy trabajando con el Instituto de la Mujer, preparando una nueva manifestación artística contra la violencia de género, que será una performance, que tanto se lleva ahora. Cuando llegue el momento lo comunicaré.