Desafiando a los malos augurios de la crisis, al tedioso verano y a las rebajas más agresivas de los últimos años, Paula y Constanza Dománico abrieron las puertas de Cocó el pasado 5 de agosto. "Teníamos una idea muy clara qué queríamos y cierta experiencia en el sector" explica Constanza desde el pequeño mostrador de su local de la calle Roso de Luna.

Son conscientes de la difícil situación económica y también de que no pueden pelear con los imperios de la moda, por eso ofrecen en sus prendas "originalidad y exclusividad a precio asequible" y en su negocio "un trato cercano" con el cliente y "un horario amplio", que las mantiene en su establecimiento incluso en las horas en las que muy pocos lo hacen ahora, entre las 14.00 y las 17.00 horas. "Tenemos que adaptarnos al cliente y muchos trabajan y no tienen otra hora para comprar", explican. Respecto a la crisis, reconocen que han dado "un salto al vacío", pero afirman que "era el momento" y destacan el "apoyo" que han recibido de su entorno. ¿Y el futuro? "Somos optimistas, irá bien", añade Paula Dománico.